La Nueva España » Cartas de los lectores » Julio Carabaña o la personificación de la demagogia

Julio Carabaña o la personificación de la demagogia

10 de Abril del 2018 - Francisco Domínguez Menéndez (Avilés)

Llama la atención ver cómo algunos expertos utilizan la pseudociencia sociológica para emitir sentencias condenatorias, interesadas desde la perspectiva de su divisa política (por sus escritos los conoceréis). Hablo de las opiniones vertidas por Julio Carabaña, catedrático emérito de Sociología de la Complutense de Madrid, en un diario de gran tirada.

Sigue llamando la atención la frialdad con que trata, don Julio, asuntos tan sensibles como la miseria social. Muestra, bajo una cascada de cifras y porcentajes extraídos de informes emitidos por Eurostat, lo que, a su juicio, representa la verdad absoluta por objetiva. Todo lo que se aparte de su verdad es pura demagogia e impuro egoísmo.

El mundo Eurostat en el que vive, apoya y se manifiesta el señor Carabaña, es el santo y seña, la fuente donde bebe el Banco Central Europeo para dar carácter científico a la política monetaria. Es la oficina de estadística de la Comisión Europea, abastecida por datos emitidos desde los distintos gobiernos y ubicada en Luxemburgo; país bien conocido por su exquisita transparencia bancaria. Vamos, que situar esta oficina en el ducado luxemburgués es algo así como levantar una catedral encima de un estercolero. Pequeñas contradicciones de la Unión Europea.

Es bien sabido, por toda organización de carácter social, que gracias a las ayudas familiares procedentes de las pensiones de jubilación, durante los peores años de la crisis económica, aún no sustanciada en su totalidad, se evitó un estallido social. Por supuesto, este dato, que no aparece en ningún documento elaborado por el Gobierno de la nación y por tanto tampoco llega al registro de Eurostat, no es manejado por el eminente sociólogo. Aunque sí es conocedor de tal circunstancia.

Naturalmente, si, como ocurrió en Grecia, las pensiones hubieran sido rebajadas en el periodo crítico, nunca sabremos con certeza lo que podría haber pasado. Lo que sí parece seguro es que la teoría del no rescate no resistiría ni un asalto. Ya resulta bastante peregrino que el Gobierno no admita como tal el rescate bancario. Rescate que pagamos, en su inmensa mayoría, todos los españoles; también quienes vivimos de una pensión de jubilación. Aunque, es de justicia mencionar que quienes pagaron y siguen pagando el grueso de la crisis son los parados; en mayor medida mujeres y jóvenes. Si los cálculos que maneja Eurostat tienen en cuenta que cerca de una cuarta parte de la población activa se encontraba sin empleo y que más de dos millones de familias no percibían ninguna ayuda estatal (malvivieron de la caridad pública y de las pequeñas ayudas de sus parientes pensionistas), los jubilados salimos beneficiados estadísticamente, siempre y cuando no entremos en consideraciones realistas. Las cifras por sí solas dicen muy poco. En muchos casos son engañosas. Al estudio sociológico que hace Carabaña le falta trabajo de campo. Claro que es más fácil y más descansado proveerse de información desde la pantalla de un ordenador.

Ni una sola referencia hace, don Julio, a la maldad de una ley laboral que provoca salarios de pobreza. Carga las tintas sobre la bondad de un Gobierno conservador que nos mantuvo las pensiones. Como si fuera un regalo del Señor. Incluso las pagas extraordinarias, aunque el dinero saliera de nuestra hucha, han sido satisfechas en tiempo y cuantía. No podemos pedir más, a no ser que se pretenda caer en el grave pecado de pedigüeño.

Me temo, don Julio, que si en las próximas generales, los jubilados no lo evitamos vamos a tener que esperar, vistos los salarios de pobreza actuales, muchos años para que los pensionistas entremos en el reparto de la riqueza creada. Antes deberíamos igualar la miseria social, según su exquisita argumentación. Para algunos, tal reparto quizás llegue demasiado tarde.

Mire usted, señor Carabaña, el patrón de reparto de la renta cayó en detrimento de los salarios con el consiguiente beneficio del capital. Los beneficios empresariales y las rentas de la propiedad dispararon su importancia en el PIB hasta el 43%. A los trabajadores todavía les faltan varios miles de millones de euros para alcanzar las rentas salariales de 2008. Todo ese dinero le ha llovido como maná al empresariado patrio. Parece bastante claro que no es culpa de quienes alcanzamos el periodo de jubilación la pérdida de renta salarial, sin embargo, este dato lo maneja usted implícitamente para aseverar que los jubilados no tenemos razones para quejarnos y protestar en las plazas públicas. Para demagogo usted, señor Carabaña. Demagogia orquestada bajo el paraguas de la pensión máxima de jubilación.

Cartas

Número de cartas: 49025

Número de cartas en Diciembre: 149

Tribunas

Número de tribunas: 2176

Número de tribunas en Diciembre: 4

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador