El Defensor del Pueblo me llamó tonta
El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, acudió el pasado 13 de noviembre al programa de la COPE «La tarde de Cristina» y cuando la periodista le preguntó: «¿Qué les diría usted a los que piensan que el toreo es una tontería?», el Defensor del Pueblo respondió: «Hablar con tontos es muy difícil. Yo tengo la sensibilidad para apreciar la estética de los toros, pero vaya usted a los tontos a demostrarles eso», añadió entre las risas de la directora del programa.
Pues yo soy una de las tantas personas españolas a las que la tauromaquia les parece un espectáculo cruel y retrógrado y ningún animal debe ser torturado como divertimento público, por ello es indignante que el presidente del Defensor del Pueblo, que debería defender y respetar todas las opiniones de los ciudadanos, incluidas las de quienes no disfrutan con la tortura de un inocente, haya calificado recientemente a través de la COPE a estas personas com «tontos a los que no se puede convencer de nada». Me parece una gran falta de respeto que el Defensor del Pueblo llame tontos al 72,1% de los españoles que afirman no tener ningún interés por los espectáculos taurinos. En ese 72,1% hay veterinarios, biólogos, antropólogos, sociólogos, médicos, religiosos, maestros, profesores de Universidad, etólogos... y está su Majestad la Reina doña Sofía; y ninguno de ellos es tonto por lo que se está llamando «tonto» a este porcentaje de ciudadanos españoles entre los que, no debe olvidarse, se encuentra la Reina doña Sofía. Enrique Múgica no debe insultar a aquellos que no piensan igual porque tiene un cargo institucional que debe velar por los derechos y las libertades de los ciudadanos.
En una sociedad democrática que el Defensor del Pueblo se dé el gusto de llamar «tontos» a los que no disfrutan de sus poco loables aficiones es de telecomedia.
Por todo ello, pido su dimisión y sus disculpas públicas. Que me llame tonto un taurino... pero que sea la persona elegida por el PSOE para defender mis derechos es demasiado. Precisamente, la institución que debe defender a los ciudadanos es la que los ataca. Dejó patente el poco respeto que tiene por los demás, además de demostrar su incapacidad de mantener una postura firme bien argumentada. Me parece una falta de respeto que el Defensor del Pueblo llame tontos a un sector de los españoles a los que supuestamente debe defender, aunque no comparta con ellos sus gustos personales, y si para diferenciarme de mi Defensor del Pueblo tengo que ser tonta, le aseguro que soy tonta, muy «tontaaa».
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