Tierra de nadie
Existe en el concejo de Siero uno de los tramos de carretera con más densidad de circulación de toda Asturias: se trata del vial que une la rotonda de acceso a Intu Asturias con la rotonda que da acceso a la factoría de la Central Lechera. Es un vial, de poco menos de dos kilómetros, con dos carriles en cada sentido, que en su punto medio tiene otra rotonda con incorporaciones y salidas muy utilizadas, y que, en la parte final, en su entronque con la rotonda de la Central Lechera, presenta una curva muy pronunciada.
Al comienzo de la crisis, una de las medidas más “socorridas” de las que echaron mano las administraciones públicas fue la de reducir o, directamente, cortar la iluminación de las vías públicas y de ciertos tramos y enlaces de carreteras y autopistas, obviando las negativas repercusiones que estas medidas tendrían en lo que a la siniestralidad vial se refiere.
Si hacemos caso de nuestros dirigentes, parece que la crisis es cosa del pasado, pero, curiosamente, muchas de las medidas implementadas en sus perores momentos aún siguen vigentes.
En el tramo que nos ocupa, cuando cae la noche, aquello es como la boca del lobo. Y no digamos si, además, llueve, porque no sólo la iluminación sigue cortada, sino que, además, las marcas viales han desaparecido, la vegetación crece por los bordes, y todo esto se desarrolla ante la indiferencia de una Administración competente, que mantiene el vial completamente desatendido, como “la tierra de nadie” en una contienda. Eso sí, supongo que a la hora de recaudar los impuestos generados por una de las zonas de mayor pujanza económica de la zona central de Asturias mostrarán una total eficiencia.
Y todo esto se mantendrá hasta que un día ocurra una desgracia de grandes proporciones. Entonces, visitarán la zona los políticos, organizarán una concentración en homenaje a los damnificados y tomarán medidas para que ninguna otra desgracia vuelva a ocurrir. Pero a las víctimas de esa primera desgracia nadie las podrá salvar ya.
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