La Sanidad vista por un amigo
Me contaba un amigo, de esos que sabes todo, de los que llevas muy dentro; que ha tenido tres episodios con especialistas (Urología, Dermatología y Traumatología) dignos de contar:
Traumatología: Ya de partida, el médico de cabecera le da el aviso, te mandaré a trauma, pero las listas de espera son de meses ¿tantos meses? Podría casi decir años. Lo cual, cuando llegue la hora de presentarte ante el traumatólogo, ¿qué le dices? ¿Que ya no te acuerdas de a que te mandaron allí, que se curó la rodilla sola, que ya acudiste a otro especialista que te coló por amistad, que fuiste de pago a él mismo o que tienes la pata colgando? Todo esto no tiene una respuesta convincente por parte de nadie, salvo, eso, promocionar consultas privadas y ver cómo cuelan y saltan listas de espera todo hijo, vecino y carnicero de todos los empleados de este armatoste público. Nadie quiere poner orden a tanto desbarajuste.
Dermatología: Menos meses, pero más de medio año de espera, ya cuando acudes a ese dermatólogo la herida en la oreja se cura por arte de magia o porque el paciente realizó los mismos pasos que con el trauma, todos consistentes en buscar soluciones fuera de la sanidad publica ¿les suena? Pues lo mismo, cuando acude ante el especialista se encuentra que en horario de tarde, le explican otros compañeros, nadie quiere estar, menos en la Lila, el cuadro que observas es para salir sin entrar: desgana y poca amabilidad, me decía que le pidió el volante de médico de cabecera, lo dejó olvidado en el coche, ya que para lo que iba no tenía nada que ver con la herida en la oreja, le explicó que aprovechaba para que le viera una seborrea y placas que no desaparecían en el cuero cabelludo y frente, lo cual, coge un pulverizador sin más y se lo aplica por todas partes, cómo quien fumiga las patatas, diciéndole que quemaría un poco, que lo que tenía no era broma, podría volverse maligno, que tenía que dejar de tomar el sol, cosa que no hace jamás mi amigo, boina, gorra o sobrero, protección de 50 y entonces una enfermera muy amable le dio un papel con las explicaciones de lavado y cura. A la pregunta si tenía que volver, le contesta que si fuera necesario ya el médico de cabecera le mandaría ¿saben? Otros ocho meses de espera si fuera así ¿entienden algo? al menos dele a mi amigo el pulverizador para que él se lo aplique por si mismo en casa. De esta especialista además de la poca empatía trasmitida, me quedo, que si empleó cuatro minutos exactos en atender a mi amigo ¿por qué tiene esa lista de espera? bien podría con esa rapidez y desprestancia en una tarde despachar enfermos como churros, cómo si fueran animales a la espera del ordeño en cadena.
Urólogo: Lo éste señor es al revés, sin prisa, pero un sermón de cuidado por la cantidad de pacientes que le llegan, que no tiene tiempo a nada, y le creo, la sala de espera estaba llena, no cómo la de la dermatóloga. Todo iría bien, sino fuera por lo que mi amigo intuía, ese sermón de alguna manera terminaba con no tengo tiempo de atender mi consulta privada, salgo cansado y tarde. O una de dos, estaba publicitando lo privado o realmente este buen señor, abusan de él.
La sanidad publica la dirigen los mismos políticos que están llevando al país a la ruina ¿cómo quieren que la sanidad evolucione a mejor? ¡Imposible! Están cargando de trabajo a los profesionales serios y responsables, y dejan campar a sus anchas a los que usan y abusan de lo publico en beneficio de su privada, sus cueles y recueles.
Una justicia lenta, no es justicia. Pues una sanidad con esas esperas no es la Sanidad que queremos.
Me permitirán para finalizar una reflexión: si un traumatólogo, un dermatólogo, reumatólogo, etc. tiene listas de espera en el hospital de más de seis meses, y cuando acudes a él, le ves desganado y poco amable ¿por qué si vas a ese mismo "profesional" a su consulta privada, te recibe al día siguiente con otra cara bien diferente y lo que parecía imposible, se convierte en facilidades de todo tipo, incluidas pruebas, ingresos y operaciones abriendo puertas y saltando listas de todo tipo? Todos, todos, todos ustedes lo saben. ¿Por qué callan ante semejante publicidad que se dan innumerables especialistas? Lo único que logran con su silencio y cobardía es ser partícipes de la destrucción de nuestra sanidad publica.
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