Algo que aclarar
Llegado a mis oídos que una carta escrita por mí, el 13-01-2018 publicada por LA NUEVA ESPAÑA y con el título de "El colapso de los hospitales" ha llegado a las redes sociales y está suscitando un sinfín de comentarios a favor y en contra de lo que yo había escrito, forzando así esta pequeña carta aclaratoria mía, sobre su contenido, para intentar disipar un poco algunos comentarios aunque no suelo nunca responder a los comentarios, que se hacen a mis escritos, pues queda solamente para mí, sus opiniones, pero en esta ocasión me voy a permitir hacerlo. Siempre que escribo algo, lo primero me suelo informar bastante sobre el tema que tengo en mi cabeza, o bien es algo que me ha sucedido a mí, mismo, pero nunca inventarlo.
La carta en cuestión se refería al colapso que tenían las "urgencias" de los hospitales debido al catarro, tos, gripe y un montón de cosas relacionadas con las vías respiratorias y que los médicos y personal sanitario de urgencias no podían atender debidamente y urgentemente a aquella muchedumbre. Me refería también a un médico de cabeza y de guardia un día que había acabado con las existencias de dolocatil en dos farmacias y la verdad es que es cierto pues fui yo mismo el que lo fui a recoger y no había. Pero sobre todo el comentario de a quien le estaba beneficiando este diciembre y este enero, la farmacéutica, pues yo mismo me termine tomando seis jarabes distintos a una media de 10 euros, más paracetamol e ibuprofeno, durante todo un mes. La seguridad social tuvo también sus culpas, lo primero la falta de personal sanitario que todos conocemos, segundo la vacunación de la gripe que este año, según los expertos no hacía nada para evitarla, dicho por ellos mismos "no daban con la cepa acertada" y mientras tanto, seguíamos engordando a las farmacéuticas. En contestación a algunos médicos que me decían que donde había estudiado yo que los virus y las bacterias eran lo mismo, yo nunca he dicho tal cosa, pero la contestación es bien fácil, lo estudié en el mismo libro que decía que simplemente hablando o bien introduciéndole al paciente un depresor, o un baja lenguas, vamos el palo de toda la vida, en la boca ya saben si es vírico o bacteriológico. Y por último, un comentario jocoso sobre el editor de LA NUEVA ESPAÑA, es la pura demostración que algunos no saben de qué hablan. Este señor no tiene culpa ninguna de lo escrito en las cartas al director y mucho menos en la mía, respetando su opinión y su saber hacer.
Los culpables de estos atascos son, en primer lugar nuestro, de los usuarios que ya de mano nos presentamos a sus puertas, después de la seguridad social, de no tener el suficiente equipo médico para atender en esos momentos, los responsables de aplicar vacunas sin saber a que "cepa" pertenece, puede ser la cepa del bierzo, a la cepa portuguesa o a la cepa de la rioja y por último a algunos médicos de cabecera por recetar sin ton ni son. Nunca, nunca serán culpables los equipos de urgencias a los cuales siempre he respetado, aunque tengan algunos pequeños fallos, como todos nosotros. Vuelvo a confirmar que las redes sociales no sirven para informar si no para desinformar y comentar con seudónimos, que yo no utilizo, a gentes que nos gusta escribir, pero claro, para opinar lo primero hay que saber leer, cuando una persona ironiza, o bien cuando se escribe entre líneas, hoy si estas gentes leyeran "El Quijote", dirían que los molinos eran los antidisturbios de Cataluña.
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