Me puse el crucifijo
El 13 de diciembre de 2009, LA NUEVA ESPAÑA, periódico de gran tirada y muy querido en Asturias, publicaba un artículo mío titulado: Me pondré un crucifijo. No tenía un crucifijo, pero decidí hacerme con él y llevarlo siempre puesto como testimonio de cristiana, en estos momentos en que el crucifijo ha caído en desgracia en nuestro país, del que ha sido lastimosamente desterrado. Si pretenden despreciarlo me dije- yo lo acogeré con cariño y con todo el respeto.
Pues bien, llevo al fin conmigo siempre un crucifijo. He cumplido mi palabra y me siento orgullosa de haberlo hecho. Desde aquél día 13 de diciembre, son muchos los que me han preguntado: ¿Y la cruz? La cruz les he contestado- la llevo por dentro y por fuera.
Curioso dato, el crucifijo que ha llegado a mí a través del desprecio de otros, ha servido para que algunos lo hagan visible también, llevándolo puesto. ¡Bienvenido sea el crucifijo a nuestras vidas!.
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