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Señor Pola, no estoy de acuerdo

10 de Mayo del 2018 - José Viñas García (OVIEDO)

Antiguamente elegían al mejor picador para marcar tarea, avance exigible y precio para determinado taller de arranque, eso tenía de bueno para la empresa y de malo para el resto de picadores que para ganar un sueldo decente deberían estar todos a la altura del que la empresa mandaba y elegía.

Con la llegada de los sindicatos y de la democracia, se convenció a la empresa para que todo fuera más racional, justo y llevado por picadores que se les preparaba durante meses para calificar y marcar tareas más acordes a los derechos humanos, siempre cómo primordial la seguridad y de acuerdo con las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Esos calificadores fueron elegidos por un tiempo de antigüedad en la categoría, unos informes de sus jefes directos, medios y altos, más un examen teórico y práctico que no todos pudieron superar. Luego se les dio cursillos por ingenieros franceses y españoles para la aplicación del factor humano en el estudio del trabajo. Durante meses se preparó a esos picadores y otras categorías para ser capaces de esa valoración de puestos de trabajo. Por supuesto difícil y nada sencillo cómo alguno les pareciera que fuera. Recuerdo alguno que decía, hay que estar todo el día en el punto picando y posteando para marcar la tarea, le respondías, ¿y qué te parece si mi avance es superior a lo que tú puedes desarrollar? Y si y no fuera capaz, si ese fuera el método (lo de antes) la empresa mandaría al mejor de los mejores ¿estarías dispuesto a que ese fuera el sistema que marcara tu tarea? Creo que todos lo entendían, salvo alguno cómo usted, señor Pola que veo que todavía después de muchos años retirado del tajo, sigue diciendo lo que dijo.

Me viene por escuchar en la TPA a un señor querido (Pola) que trabajó de minero veinte años en un pozo determinado, pero que, desconociendo la labor del resto de pozos, sus particularidades y sus sistemas de explotación (le aseguro que muchos pozos lo único que tienen en común son mineros) el resto es completamente diferente: Unos son verticales sus capas, otros el buzamiento es intermedio y los hay hasta echados, planos cómo la mano. Unos se llevan en frente único, otros por testeros, algunos por frentes invertidos, etc. Unos tienen rozadora, martillo picador, páncer para mover el carbón, la tira, etc. El posteo puede ser de madera, mampostas hidráulicas, mampostas de cuña, etc. Sin tener en cuenta los últimos avances en materia de mecanización, que eran variados en toda su aplicación. Pero lo que distinguía esa parte que todo picador presume de conocer es su labor: la potencia de la capa, sistema de arranque y posteo, más la parte de sujeción de los hastiales con relleno, hundimiento del mismo, llaves, longarinas, tijeras, etc. Podríamos decir para no alargarnos que existían verdaderos profesionales en cada pozo y en determinadas condiciones, pero si los cambiabas de taller ya no lo eran tanto. Si eso ocurría dentro del mismo pozo, que no ocurriría si te mandaban a pozos diferentes con sus diferencias dentro de cada uno. Lo mismo que las diferentes categorías, todas necesarias y con condicionantes muy particulares cargados de responsabilidad, saber y entender.

Teniendo un poco de humildad, señor Pola, los que iban a calificar, marcar tarea y precio a los picadores por los diferentes puntos de trabajo, era gente preparada y además con las condiciones más dinámicas posibles para tamaña responsabilidad. Nada de que pasaban con el bolígrafo en mano, eso solo era para recoger apuntes para no errar y marcar más tarea de la que el punto y trabajador medio podría realizar en las mejores condiciones de seguridad. Es más, le aseguro que muchos a pesar de que ellos eran capaces de marcarse personalmente tareas mayores, siempre aplicaban los resultados de las tablas de la ley, sacadas de cronometrajes galantes y por profesionales que tenían en cuenta la fatiga, descansos, peligrosidad, esfuerzo y otra serie de factores recogidos en esas tablas que muchos desconocen y que cómo usted critica sin más.

Me dolió mucho esa frase de que los que pasaban a calificar fueran algo así como quien no sabía lo que hacía. La mejor manera de saber si eran profesionales al servicio de unas normas de humanidad en la aplicación del estudio en el trabajo, serían las quejas de los trabajadores por sentirse explotados, cosa que en el 99,99% no ocurría por mucho que usted tratara de devaluar lo mejor que HUNOSA hizo para humanizar el destajo en los pozos.

Anexo: Por si quedaba alguna duda, la mayoría de calificadores tenían a bien ser considerados y buenos profesionales por jefes y compañeros, salvo excepciones cómo todo en la viña del Señor. También cómo vemos, no faltan quienes cómo usted tratará de devaluar a quien le cayera mal.

Un saludo, señor Pola, por minero y por hablar bien de ellos después de pasar por diferentes trabajos ajenos a la minería, en ese aspecto tenía referencias de la construcción y la hostelería, nadie mejor que usted para sentir que esa valoración es tan real como la vida misma. La gente minera es especialmente trabajadora, campechana, desprendida, solidaria y cargada de bondad.

Un abrazo inmenso Pola, pensaba traerle a mi huerto, pero ahora mejor no. Me cae bien a pesar de todo.

José Viñas García, Villamiana (Oviedo)

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