La Nueva España » Cartas de los lectores » Tribuna » Asturianos: nobles, obesos y altisonantes

Asturianos: nobles, obesos y altisonantes

21 de Abril del 2018 - Carlos Cuesta

La nobleza de los asturianos forma parte indeleble de su estilo, su carácter y su manera de ser. Este septentrión hispano con sus características geográficas y sus peculiaridades tradicionales convierten a sus nativos en gentes animadas, sencillas, nobles por antonomasia y amantes de su entorno. Sin duda alguna el medio influye, determina y conforma realidades. Y junto a esa nobleza tan marcada también somos obesos y con el parlamento popular muy alto. Es decir, en las sidrerías, en los bares, en los restaurantes y en las casas de comidas de toda la región el parroquiano habla muy alto y el ruido ensordecedor es casi una manera de adaptarse al ocio del alterne. Lo observo continuamente y lo comento con mis amistades. Todos asienten y lo analizan como nuestro estilo identitario en esos momentos de tertulia en torno a unas botellas de sidra. El forastero no lo entiende pero lo acepta como un hecho de raíz local ya arraigado en años de rutina pasional por nuestras costumbres. Somos así y no vamos a cambiar ahora nuestra forma de entender el ocio entre bares y sidrerías.

Y al hilo de esta cuestión tan nuestra, la Sociedad Española de Cardiología sitúa a los asturianos como los más obesos del país junto a extremeños, andaluces y madrileños... Uyyyy esas fabadas, esos potes y esas chacinas que tan bien resultan para el cuerpo y el espíritu, resultan que son los culpables de ese sobrepeso de los asturianos. Quizás el exceso de grasa de esas notables viandas cause ese problema corporal junto con la llamada comida basura que en los últimos años va afectando a la población infantil y adolescente por las grasas malas de sus componentes.

Con sinceridad no veo en Asturias tanta gente obesa como para situarnos en primer lugar de un estudio valorado por especialistas del corazón. Veo gordos felices que disfrutan de su ocio con sentido común y aprovechan los buenos momentos que le ofrece la vida para darse un homenaje culinario con toques de festividad y afecto. Y lo hacen con esa precaución de decir de vez en cuando por qué no. Los habitantes de esta tierra verde y montañosa son dichosos en su discurrir vital. Aquí se vive bien, la mayoría, todo está muy próximo, nunca falta una botella de sidra para el alterne campechano y de tertulia, hay buena gente, eso creo, salvo esa envidia tan de estos lares, hay notable clima social, somos muy nuestros, disfrutamos con nuestra identidad, rayamos en ese grandonismo que tanto nos perjudica pero que nos marca, somos hospitalarios, dotados para la rivalidad entre ciudades, zonas, equipos de fútbol o la política que todo lo puede y a veces embarra. En suma, los asturianos estamos dotados de un sentido del humor envuelto en retranca que nos define y todo ello por ese hábitat disperso de sus pueblos y aldeas, esos valles indómitos, esos ríos impetuosos, esas praderías infinitas, esas montañas imposibles y una carga emocional agarrada a ese paraíso natural muchas veces desnaturalizado por esos incívicos que pueblan lugares vírgenes para convertirlos en tristes estercoleros y basureros pirata. Somos así. Y esa identidad no puede transformarse de un día para otro. Debemos actuar con más interés hacia lo propio, observar lo bueno del exterior, buscar el entendimiento entre la clase dirigente, la empresarial y la sociedad civil. No hay que desmayar por estar dominados por gente obesa. Los gordos también viven y disfrutan. Y Asturias tiene futuro incentivando a los jóvenes titulados que están en el extranjero y traerlos a su tierra. Es el gran capital junto con la formación profesional. Nuevas tecnologías, innovación y desarrollo industrial para convertir a este triste Principado en un lugar habitable y cargado de razón empresarial y emprendedora. Y los políticos tendrían que tomar más en serio sus actuaciones y pensar que Asturias quiere ser una comunidad feliz y no discriminada respecto a otras. No es un mundo mágico y gozoso pero algo hay que hacer para que esta región coja el ritmo adecuado de buenas vibraciones y comience a ser de las más aptas por historia y tradición. Nobles mucho, obesos tengo mis dudas, pues cada vez existen hábitos más saludables y altisonantes, es una forma de pensar y de vivir. Entre asturianos anda el juego. Menos mal que nos queda la óptima gastronomía con esa despensa de mar y tierra que sorprende al turista accidental. Y comer bien y abundante es todo un reclamo de calidad para ese turismo de verdad.

Cartas

Número de cartas: 45088

Número de cartas en Abril: 104

Tribunas

Número de tribunas: 2033

Número de tribunas en Abril: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador