¿Poco trabajo o vivimos del SEPE?
Una de las mayores preocupaciones de los españoles, según el CIS, es el paro. No me extraña. Esta semana he solicitado un extra de hostelería con salario de extra y alta en la Seguridad Social y se presentaron para ese puesto en una zona céntrica de Asturias 250 personas. No, no es cierto. Llamó sólo una persona, porque, claro, era fin de semana y hay que descansar y salir. No es la primera vez que me pasa cuando intento seleccionar personal para un trabajo en diferentes sectores. Vienen y me dicen que están cobrando paro o la ayuda y que conteste que no me interesa. Como podemos ver, somos un país de personas que viven subvencionadas, intentamos reunir los requisitos para cobrar del SEPE y luego a vivir.
Y, digo yo, ¿qué pasaría si a las personas que están cobrando, no la pensión contributiva de desempleo, sino el subsidio de desempleo, se les obligara a hacer diariamente tres horas de trabajo en relación a la ayuda que cobran para servicios comunitarios del municipio, atendiendo a personas con discapacidad en sus casas, o cosas similares? Tendríamos mejores calzadas, los jardines estarían mejor conservados, los mantenimientos de los servicios municipales que no pudieran ser cubiertos por personal contratado por no ser suficiente, estarían cubiertos y los pensionistas por fin podrían ver cubiertas parte de sus necesidades surgidas por esa paupérrima pensión que cobran teniendo ayuda a domicilio sin coste alguno ni para ellos, ni para el Ayuntamiento, Comunidad Autónoma o Estado.
Esto sería una utopía porque entonces la gente no se apuntaría al paro porque tenemos las ideas claras de que queremos vivir sin trabajar, vivir de nuestros padres o para qué vamos a trabajar si cobramos más al paro.
Muchos de los problemas que tenemos en nuestro país se pueden arreglar, sólo tenemos un obstáculo, que los políticos no quieren porque no son soluciones que proporcionen votos, sobre todo entre la gente en edad de trabajar, pero quizá debiéramos pensar que hay que cambiar la mentalidad de nuestros jóvenes y animarlos a que se independicen y no tenerlos tan sobreprotegidos, que ningún trabajo nos parece bueno para ellos.
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