Mala leche

Los últimos serán los primeros. El Partido Popular perdería el Gobierno de Madrid en beneficio de Ciudadanos tras el escándalo Cifuentes, según una encuesta en unas hipotéticas elecciones autonómicas. La expectativa de voto ha cambiado respecto al año 2015. El partido de Rivera sube como la espuma de 17 a 36 escaños, baja PSOE de 34 a 37, baja estrepitosamente el PP de 48 a 34 y Podemos se va al carajo lentamente, 27 a 25. Hay que ver qué carisma tan mal aprovechado por parte del partido morado que aun así y con todas las estupideces cometidas y las que les quedan por cometer (estos tienen cuerda pa rato), solo pierde dos escaños con fichajes como Íñigo Errejón, la Bescansa y el "intelectotal" Juan Carlos Monedero. Vaya tres patas para un banco. Mientras, Pedro Sánchez planea una gira europea para hacer "pedagogía" sobre el conflicto en Catalunya. Que te vaya bonito.

La reina del máster, Cristina Cifuentes, lejos de desfallecer por los rumores sobre la posible petición de dimisión desde el cuartel general del PP, se ha presentado en la Asamblea de Madrid elevando el tono de su discurso y afirmando hoy que el único compromiso que tiene C's es el de "derribar" su Gobierno legítimamente elegido para entregarlo a la izquierda. A la reina, abandonada en el tablero político, no le ha quedado otro remedio que enrocarse, ante el ataque de sus oponentes. Hace años me preguntaron que qué le faltaba a mi compañero de trabajo para ser buen compañero. Ser menos ambicioso, le contesté a mi interlocutor. La ambición y la amistad son malas compañías en el viaje político. Se llevan tan mal que no se llevan y en la carrera de zancadillas se pueden llegar hasta a apuñalar. A parecer, la 'Universidad Rey Juan Carlos', fue también un atajo para las escalas superiores de la policía. Inspectores y comisarios obtuvieron posiblemente de una manera fraudulenta una titulación suficiente y necesaria para ascender a los más altos cargos de la administración policial.

A falta de argumentos el Partido Popular ha decidido empezar a jugar al ataque y mezclar todos los casos de exageración en un currículum, para establecer la idea de que el caso Cifuentes carece de interés, es uno más de muchos. Son como niños que albergan en su interior muy malas intenciones porque la tan añorada (para algunos) inocencia, si es que alguna vez la tuvieron, la han ido perdiendo en el camino, en un pozo sin fondo de ambiciones. Todos y cada uno de los portavoces del Partido Popular, más impopular, piden la dimisión de Toni Cantó. El diputado de Ciudadanos decía en su CV, cuando lo era de UPyD, que era pedagogo sin tener ningún título de pedagogía porque ejercía de "profesor de teatro". Mientras, la presidenta de Madrid ha recibido trato de favor para lograr el título de un máster cuyo trabajo final no ha presentado. Decía, don Miguel de Cervantes, en su inmortal obra, que "Las comparaciones son siempre odiosas". Y, yo añadiría que mucho más si vienen cargadas de muy mala leche. Si me permite la expresión el maestro.

A mí estas cosas de la titulitis me la trae al pairo. Uno puede ser un auténtico sinvergüenza habiéndose licenciado con sobresaliente o habiendo obtenido otro en la tesis doctoral o incluso teniendo más masterchef que Karlos Arguiñano, el cocinero más mediático y dicharachero que aparece por la tele (a propósito, Karlos, cambia los chistes que son malísimos). El problema, como digo, es que en este país un partido salpicado de corrupción hasta las cejas no dimita y aún nos siga gobernando. Que la oposición tenga que presentar una moción de censura contra Cifuentes, es un auténtico esperpento político, uno de tantos a los que nos estamos acostumbrando hasta el punto de verlo como algo de lo más normal, natural, como los yogures. Que se tenga que convocar un pleno extraordinario en la Asamblea de Madrid por este asunto es una aberración. Que no dimita una falta de vergüenza y de ética política por parte de esta señora.

A este paso que vamos voy a tener que adquirir un Mágnum 44, que es el revólver más poderoso del mundo que usaba "Harry, el fuerte" (o el sucio) para perseguir y dar buena cuenta de los malos en las películas de Don Siegel. A la creciente inseguridad con la que nos vemos obligados a diario a vivir en nuestras calles, donde un paseo inocente, puede acabar en trifulca, ya que los que me vienen de enfrente ocupan todo el ancho de la acera, ya que la acera es suya. Ahora hay que unir la de nuestros representantes políticos metidos a falsificadores. El vicesecretario del PP, Pablo Casado, aprobó su máster sin saber quiénes eran sus profesores y sin hablar jamás con ellos. Aprobó siete "posgrados" con apenas 40 días de clases y sin exámenes ¿Alguien da más, por menos?. El vicesecretario Casado asegura que nunca conoció ni habló con los docentes de las cuatro asignaturas que le quedaron tras convalidar las otras 18 de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos. Casado asegura que las aprobó por medio de cuatro trabajos que él mismo decidió "fijándose en el título de las materias"; sacó cuatro sobresalientes. Una vez hechos esos trabajos, según su versión, Casado los entregó a nadie en concreto "en los despachos que tiene en la Universidad Enrique Álvarez Conde". Todo se podría resolver si encontrásemos por fin a ese oscuro personaje "nadie en concreto". ¿Será Pinocho?

El exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras no se conforma solo con adoctrinar a los presos de Estremera, porque es como una ONG, no tiene fronteras. No solo pide diálogo "sin limitaciones" al Gobierno central, sino que "millones de catalanes no se van a callar ante una involución democrática como la que estamos padeciendo". Dice, nuestro refranero, que "El que padece de amor, hasta con las piedras habla". Junqueras, desde prisión, le envía una carta a Felipe González en la que pide debatir con él. Algo con lo que FG, de entrevista en entrevista televisiva, estaba de acuerdo. Según FG, Puigdemont no es un exiliado político sino el capitán que abandona el 'Costa Concordia'. Oriol Junqueras no es un cobarde, porque no abandonó el barco. Preguntado sobre la catalanofobia, el valiente FG ha afirmado que "sí que existe" y ha explicado que "los catalanes no se lo merecen". Lo que no nos merecemos los españoles es haberte conocido.