Crema milagrosa
Ayer ví como un plasma se incrustaba entre las piernas de una señora que lucía un vestido largo y voluminoso, también vi a varios blíster de embutidos que se adherían cual lapas a la piel de un indefenso señor, también vi con estupor y asombro, como un par de botellas de cerveza se apoderaban de las manos de un hombre, que preso del pánico, al intentar huir de las agresivos botellines, se estampaba contra la puerta de salida del supermercado dándose un golpe tremendo. Eran personas anónimas, ninguna de ellas ostentaba cargo público alguno, ignoro qué sería de ellos, pero vistas las grabaciones, me imagino que plasma, blíster, y cerveza, comparecerían en comisaría para dar las oportunas explicaciones a semejante agresión. Se pensarán que estoy tonto, pero como dijo Forrest Gump: "tonto es el que dice tonterías", y lo que estoy haciendo es narrar un hecho real, grabado, que es posible ver ralentizado, marcha adelante, marcha atrás, congelando la imagen. Lo único que pueden echarme en cara es la interpretación de los hechos, efectivamente ¿estoy trasladando la realidad de los hechos acontecidos o la estoy manipulando?
Volvamos a otro caso para tratar de cerciorarnos de si existe o no manipulación: una señora entra en un supermercado, en su trayecto, dos botes de crema ven a la incauta pasar a su lado. Tras deshacerse de la caja que los contenía, se introducen en el bolso de la incauta, posteriormente cierran la cremallera del mismo, cuando creían que conseguirían su objetivo de fugarse del centro comercial, un guardia de seguridad avisa a la joven del intento de fuga de los dos botes, la mujer sorprendida accede a las órdenes del guarda y tras entrar en la sala a donde éste la conduce, le pide que abra el bolso, sorprendida ve como los dos prófugos, son cazados a punto de huir. La buena mujer, apiadándose de ellos, accede a pagar el rescate para llevárselos consigo. Créanme o dejen de creerme, pero lo que les acabo de narrar es la única verdad. Le ocurrió a Cristina Cifuentes, lo crean o no, la ahora ex presidenta de la Comunidad de Madrid, la misma que en aquellos tiempos ocupara cargo de número dos de la Asamblea de Madrid, dicen los medios de la extrema izquierda que se trataba de un hurto de cremas faciales... ¿dónde se habrá visto tal desfachatez?... ¡será por dinero!, a ver si os pensáis que la élite del P.P. necesita hurtar/robar/manipular/malversar para enriquecerse... ¿dónde se habrá visto?
La realidad nos dice que la señora Cifuentes, la del "no master", la que renunció a un título que nunca obtuvo, la apoyada por su formación en su comparecencia en el Congreso por la financiación ilegal del PP (con foto para la posteridad), la que fue escoltada por la cúpula de su formación, la que recibió aplausos, vítores y elogios desde sus filas, tras mentir públicamente aportando documentos falsos, renuncia a su cargo por dos botes de crema, ojo al dato, renuncia, no dimite, por dos botes de crema facial, no por manipular documento público y hacerse con una titulación de forma fraudulenta.
Está visto que en este país, lo de asumir responsabilidades y dejar un cargo a la mínima sombra de duda de la honorabilidad de los-as señores-as diputados-as, presidentes-as, alcaldes-as, etc. presentando la dimisión, es algo impensable a fecha de hoy, y si no fíjense en el detalle: ¿quién fue a pedir la dimisión?... efectivamente, la Ministra de Defensa (ahora entiendo lo de aumentar el presupuesto para el ejército) ¿no pensarían ustedes ni por un momento que el balbuceante, indolente, abúlico, apático, cachazas de Rajoy tomaría la drástica decisión, o comparecería públicamente para destituirla? ¡No hombre noo!, aquí visto el rostro pétreo (hidratado y terso, por supuesto) de sus señorías, sólo faltó ver a Cospedal escoltada por La Legión y los G.O.E.S. para desalojarla, pero me imagino que ese envite lo reserven para cuando traten de desalojarla de la presidencia del P.P. madrileño.
Sin visos de recuperación de la decencia, honorabilidad, dignidad, o sentido de la responsabilidad que se les presume a sus señorías, se despide de ustedes (si es que alguno llega a leerlo) uno de los muchos-as trabajadores-as de este país, que puede presumir ante ustedes de todo aquello de lo ustedes carecen, y no olviden que tarde o temprano las caretas acaban cayendo, y eso no hay crema que lo arregle.
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