Víctimas de la manada
Sucedió en Navarra. Se comportaron como una jauría de fieras, como un grupo de canallas que ignoran el respeto y la compasión, como unos animales que sólo ven en la otra persona un objeto donde satisfacer sus instintos más primarios. Posiblemente estarían bebidos, pero eso ni les excusa ni les exculpa. Sabedores de su superioridad en fuerza y número, se crecieron como se crecen todos los cobardes cuando actúan en grupo frente a una víctima inerme. Y después de actuar conforme a la ruindad de sus naturalezas, lo negaron todo. Carecen de la mínima gallardía exigible a los hombres, de asumir sus acciones y hacerse responsables de sus actos. Sucedió en Navarra. Pero a diferencia de otros hechos también allí sucedidos que nos provocan similar repugnancia, las víctimas de esta manada no contaron con el apoyo ni la solidaridad de casi nadie, ni en caliente ni en frío. Al contrario, quienes han sido animados, jaleados e incluso justificados desde poderosas instituciones han sido los agresores. Es la diferencia que hay en España entre ser víctima de una u otra manada... en Alsasua o en Pamplona.
Miguel Ángel Loma Pérez, Sevilla
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

