A ver si nos aclaramos
Mientras usted, querido lector, se encuentra leyendo estas líneas, degustando un delicioso café o sentado cómodamente en su casa poniéndose al día con el periódico, en algún lugar de España, en este mismo momento, es probable que algún violador o algún terrorista que debería estar entre rejas cumpliendo su condena se encuentre tomándose otro café, como hace usted. O quizás tomándose un vino, o esté a punto de apretarse un buen entrecot, ¿por qué no? Como cualquier otro ciudadano. Disfrutando.
¿Y saben por qué puede hacerlo? No porque se haya fugado de la cárcel, qué va. Puede hacerlo porque hace algunos años se derogó la “doctrina Parot” y como consecuencia de ello setenta y ocho delincuentes muy peligrosos, condenados en sentencia firme, pudieron salir a la calle antes de cumplir íntegramente sus condenas.
De esos setenta y ocho delincuentes, cincuenta y cuatro son miembros de ETA, dieciséis son asesinos, pederastas y violadores, y el resto son de los GRAPO y otros grupos terroristas. Si quieres entretenerte en sumar los años de prisión a los que han sido condenados en total o a sumar el total de víctimas que han sufrido sus crímenes necesitas una calculadora. Eso por no hablar de los familiares de las víctimas, para cuya suma necesitarías unas pilas nuevas. Muchas de las víctimas ya no pueden tomarse un café como está haciendo usted, y las que pueden tomarlo hace años que ya no lo disfrutan.
Sin embargo, salvo que mi memoria me falle, no recuerdo que haya habido manifestaciones en contra de la derogación de esa doctrina. Está claro que hasta la fecha han ocurrido sucesos lamentables que justifican sobradamente la convocatoria de movilizaciones; pero, miren, creo que la excarcelación prematura de violadores, pederastas y terroristas no es menos lamentable ni menos merecedora de movilizaciones. ¿Y por qué no ha habido manifestaciones por este motivo? Está claro: porque nadie las ha convocado. Por si no lo saben, una movilización la convocan personas como usted y como yo, es decir, con un nombre, unos apellidos y un DNI. El matiz reside en que generalmente –aunque no siempre– los convocantes se encuentran próximos a algún partido político o están afiliados a alguno. Tampoco se habló mucho de la derogación de la “doctrina Parot” en los medios de comunicación, que yo sepa. Pues bueno, a ver si nos aclaramos, ¿no les parece? ¿Queremos castigos ejemplares para los delincuentes o no los queremos? Decidámonos de una vez, hombre.
Amigo lector, ¿no cree que ya es hora de que comencemos a tener nuestros propios criterios? Como sigamos así, algún día iremos a acostarnos y nos encontraremos a un político o a un periodista durmiendo en nuestra cama. No nos limitemos a escuchar la música; fijémonos también en el que toca el instrumento.
Disfruten del café y que pasen un buen día.
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