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Sigue adelante, a pesar de los fracasos

9 de Mayo del 2018 - Mª Rosario Vázquez López (Oviedo)

Son las 4:30 de la mañana. Estoy disfrutando de la fiesta y de la compañía de mis amigos. Sin percatarme de ello, dejo de ver a mi pandilla, me encuentro rodeada de unos chicos agradables y muy simpáticos; parecen educados, me parecen personas normales y alegres en las que puedo confiar. Me preguntan si quiero que me acompañen hasta mi coche y les digo que sí.

Todo transcurre de manera normal, entre bromas, chistes, tonterías y conversaciones animadas. Me siento bien y me siento protegida. Tomo algo con ellos y decido seguir mi camino e irme a descansar. Aún hoy, no puedo entender qué me hizo entrar en aquel portal, supongo que sería mi confianza en ellos y su pinta de gente decente.

Estamos hablando animadamente y sin mediar palabra, uno de ellos me coge por la cintura y me hace entrar en ese portal. Me conducen, él y los demás, a un lugar sórdido, pequeño y alejado de todo. Uno de ellos me arranca el sujetador, otro me coge de la cintura y otro más me baja los leggings. No puedo reaccionar porque en mi mente nada así está previsto que ocurra esta madrugada. Yo he venido a estas fiestas a celebrar, bailar, hablar y conocer gente, nada más, lo prometo. Tengo la boca seca, no puedo gritar, mi cara no muestra emoción alguna porque yo solo quiero desaparecer y que todo acabe cuanto antes. Me voltean como si fuera una muñeca de trapo y se reparten mi cuerpo entre todos; por dentro lloro sin parar, me dejan el corazón partido porque están vaciando mi alma, rota de dolor, para siempre. De vez en cuando pienso que un rayo caerá del cielo y los abrasará o los hará añicos, pero nada de eso pasa.

Me doy cuenta de que estos personajes a los que les he entregado mi confianza me están violando y abusan de mi por turnos, me da vergüenza solo pensar en lo que estos seres bajos, deleznables, asquerosos y babosos me están haciendo y en lo que van convertir mi vida de ahora en adelante.

Me abandonan en este inhóspito lugar, sin mi contacto con el mundo ni con mis seres queridos, no puedo llamar a nadie. Recojo las pocas pertenencias que poseo y me visto aceleradamente. Salgo de este infierno y ellos ya no están. Me siento en un banco a meditar en lo que me acaba de ocurrir. ¿Qué hago ahora? Rompo a llorar con amargura y una pareja me socorre y me arropa con su cariño. Llegan la policía y una ambulancia. Voy al hospital.

Mi vida ha pasado de ser una existencia anodina, desconocida y anónima a otra distinta, expuesta a las opiniones, el abuso, la incredulidad, la crítica y los juicios de muchos. Yo no quería esto, lo juro. Paso pruebas y más pruebas psicológicas, de personalidad; hay mucha gente que me apoya y me acompaña, e incluso en la distancia siento su cariño y hasta sus oraciones.

Tras dos años de espera, y dos años de declaraciones, censuras, juicios paralelos e incluso ser vigilada por un detective privado, sale la sentencia. Ya no me importa nada, solo sé que si algo así me vuelve a ocurrir voy a volver a denunciar; en eso se me va ir la vida, en defender mi honorabilidad y el hecho de que yo no quise nunca en ningún momento que esto pasara. También voy a ayudar a todas esas personas que sufren o han sufrido algo así. Esto me da fuerza para seguir viviendo.

Me despierto de una pesadilla de dos años y las cosas parece que "pintan" mejor -yo sé que tiene que ser una sentencia más dura, pero yo hice lo que pude; la sentencia es injusta, y yo lo sé y está claro en mi mente porque a quien violaron fue a mí y no fueron simples abusos sexuales, fue más- fue algo que hizo que mi vida parara y que toda mi existencia se ralentizase.

No puedo añadir nada más. No tengo palabras, pero sí tengo suficiente fuerza interior y un amor inmenso por la vida. Solamente deseo que nada así le pase a ninguna otra mujer ni a otro ser humano. Violan y abusan de niñas y niños muy pequeños que no se defienden tampoco, quizá porque no esperan a seres con un corazón tan desalmado y falto de amor y respeto por sus semejantes, ¿serían simplemente abusos sexuales o sería una violación en toda regla? Lo peor ya no es la violación es el verte rodeado de caras que aún siguen considerando que la culpable fui yo. Aunque también sé que son más los que me creen que los que me juzgan. Daniel Goleman escribe en una de sus obras, creo que en "La inteligencia emocional", lo siguiente: "El logro real no depende tanto del talento como de la capacidad de seguir adelante a pesar de los fracasos". Eso es lo que quiero pensar, y siempre tendré estas palabras en mi mente y en mi corazón.

Muchas gracias por dedicar su valioso tiempo a la lectura de estas líneas.

P.D. Me gustaría dedicarle a esta chica dos fragmentos de dos poemas de mujeres poetas que han vivido y sufrido mucho y que siempre se levantaron cuando alguien las dejó caer.

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.

Me ha dado la risa y me ha dado el llanto;

Así yo distingo dicha de quebranto,

Los dos materiales que forman mi canto.

Y el canto de ustedes, que es el mismo canto,

Y el canto de todos, que es mi propio canto.

Violeta Parra

Todo lo que creó suavemente

a martillazos de soplidos

y taladrazos de amor,

las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días

por las que me levanto orgullosa

todas las mañanas

y bendigo mi sexo.

Gioconda Belli

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