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La rabia no conduce a nada

9 de Mayo del 2018 - José Viñas García (OVIEDO)

Cuando suceden acontecimientos tan desagradables: delitos, muertes, agresiones o violaciones toda la población siente indefensión y frustración. No hay derecho a que nadie violente la seguridad de nadie; para eso existe la Justicia. El código penal y los jueces no están porque todo el mundo es bueno, están por eso, porque parte de sociedad es perversa y capaz de lo peor, convirtiendo al ser humano en la peor de las alimañas. Pero cuidado, aún peor es esa sociedad que se deja llevar por el clamor del momento y hacer de Tribunal callejero, una especie de Ley de la caleya donde la masa aborregada y manipulada se permite la osadía de ser Juez y parte, sin tener en cuenta la presunción de inocencia y de dejarse llevar por sentimientos cargados de rabia y odio hacia quien predisponen y disponen culpable. Estamos retrocediendo siglos, volviendo a la Justicia de masas, la Ley de la hoguera y del verdugo consentido y aplaudido. ¡Yo sí creo en la justicia! Y ustedes si no están de acuerdo con sentencias, recurran ¿Qué eso de hacer justicia en manada por la calle? O acaso predisponemos que todos los Jueces y tribunales pueden errar en cadena. Los que disfrutan con esto son los independentistas, en España no hay Justicia decían y dicen fuera de aquí, y ahora ustedes se suman para hacerles el juego siendo falso de toda falsedad.

Ya sea hombre o mujer, todos somos imperfectos, con nuestras limitaciones e incomprensiblemente muchas veces los buenos no lo son tanto, unos abusando de su fuerza física y otros con las armas sucias que la sociedad les permita usar y su mente fraguar. No se piensen que solo los hombres son capaces de cometer barbaridades, lo vimos con el niño Grabiel, la mujer cuando es mala, puede ser capaz de denunciar solo por el hecho de dañar y puede engañar a Dios y su madre. Por ello, toda Ley debe ser justa e igualitaria, dar ventajas a una parte por interpretar que es la víctima propiciatoria, la parte más débil es no ver que la maldad está en la sesera y no en el género. La mente distorsionada puede ser muy dañina y hacer perder los estribos a cualquier ser humano por bueno que sea, si se siente acorralado y despojado de defensa alguna, incluido ir a la cárcel por una llamada falsa que la justicia interpreta verdadera si sale de la voz de una mujer. Alguien que pudiera ser inocente y verse en ese trance de ser despojado de toda presunción de inocencia, quedarse sin vivienda e hijos a veces sin trabajo y tener que seguir pagando minutas e hipotecas, más esa losa de maltratador, violento, violador o abusador que le quedará para siempre ¿pónganse en su lugar? ¡Ya sé! Nada justifica la fuerza y la violencia, pero quien nada tiene que perder, nada pierde ¿Pueden entender esto? Pues sigan dando ventajas de Ley a quien las pudiera usarla a su favor simplemente por maldad y rencor. Les pregunto ¿todas las mujeres son buenas por mero hecho de serlo? ¿Tenemos que seguir escuchando que todos los hombres por serlo, son violentos y violadores en potencias?

Creo que nos estamos equivocando de enemigos y de manera de enfrentarse a ellos, todo aquel que cometa delitos del tipo que sea, debe ser condenado ¡No por la masa enaltecida! Por Jueces y tribunales en juicio justo, que les caiga la Ley encima con toda crudeza, pero las víctimas y la bondad no son sinónimo de toda mujer; ni violentos y malos son todos los hombres para que la Ley disponga ventaja y discriminación de unos sobre los otros.

Tiene que ver, por supuesto la educación que tanto daño hizo esas leyes en defensa del menor, donde padres y profesores son meros comparsas del capricho de energúmenos de futuro; leyes sacadas al albur de la calenturienta masa en su momento, ahora lo pagamos. También el machismo residual, pero ese feminismo androfóbico no puede manipular al resto de la sociedad pretendiendo colgar carteles en la espalda de todos los hombres de violentos y violadores.

Tenemos el ejemplo de ETA, una organización terrorista que durante años asesinó a inocentes, la gente no salía a la calle a culpar a todos los vascos de semejante lacra. Supimos diferenciar que aunque los que morían siempre eran los de una parte, no pedimos ventajas ante a Ley para llevarnos por delante inocentes que pudieran caernos mal. Y cuando se hizo con el GAL todos sabemos las consecuencias. La Justicia siempre tiene que ser justa e igualitaria, y jamás estimar víctima y culpable sin pruebas probatorias.

Si no entendemos esto, sigamos haciéndonos daño entre hombres y mujeres. Lograremos un mundo donde nadie se fiará de nadie, los unos por presentirlos violentos y los otros porque pudieran hacerlos culpables sin serlo.

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