Ni sabios ni necios, raciocinio
“Si el sabio no aprueba, malo; si el necio aplaude, peor” (Iriarte). En mi última carta a modo de artículo de opinión criticaba el cambio de postura o criterio de nuestro presidente del Gobierno respecto de la actualización de las pensiones. Este señor, decía yo entonces, nos describía una situación de déficit en el sistema de pensiones tal que era prácticamente imposible poder actualizarlas aplicando porcentajes superiores al cicatero 0,25% con que las pensiones se vienen actualizando desde la reforma de 2013. Ahora, en mi opinión, por intereses electoralistas y de sacar adelante los PGE, pacta con los nacionalistas vascos una subida del 1,6% para este año y del IPC para el año 2019, además de retrasar en cinco años la entrada en vigor del factor de sostenibilidad de las pensiones; todo ello, en mi opinión, puro apaño o paripé, para salir del paso hasta las próximas elecciones.
Sin ser experto en el tema, uno ve desde hace tiempo que al ritmo que aumenta el número de pensionistas y el gasto en pensiones, con el actual número de cotizantes y los bajos salarios hoy existentes, el sistema recauda bastante menos de lo que gasta en el pago de pensiones y, por tanto, está condenado a generar déficit de caja y ruina. O todos los integrantes del Pacto de Toledo se ponen pronto de acuerdo y reforman el sistema de manera consensuada y racional o esto se nos va al garete. Los pensionistas podremos manifestarnos, hacer caso al más voceras, despotricar contra los gobernantes de turno, tirarnos los trastos a la cabeza los unos a los otros, hacer el pino o bailar la yenka, pero la verdad es bien distinta a la que unos y otros nos cuentan. En mi opinión, en esto, como en tantas otras cosas, abundan los pescadores de río revuelto; así que ni aprobar, ni aplaudir. No debemos olvidar que seguimos bajo la lupa de la UE, y si nos dedicamos a hacer “tarzanadas” de manera irracional acabarán siendo otros quienes traten de embridarnos, incluso atándonos con ramales posiblemente más cortos de los que ahora nos atan; por tanto, yo pienso que lo urgente no es pedir que nos suban hoy más nuestras pensiones, sino que los políticos de uno y otro signo se pongan cuanto antes, sin demagogia ni intereses de partido, a tratar de encontrar la manera de hacer sostenible a más o menos largo plazo nuestro sistema público de pensiones, porque de seguir como ahora está, en mi opinión, poco y malo podemos esperar de él, cuenten lo que cuenten unos y digan lo que digan otros.
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