¿Marca España o marca a España?
Lo siento, si esperaban leer algo referente a la selección o al Mundial, pueden abandonar la lectura, porque mi relato va entorno a la manida marca España. Esa promoción de la imagen exterior del país en ámbitos como el social, científico, cultural, tecnológico o económico, plasmada ocasionalmente en vídeos, en donde tratan de mostrar al mundo la falsa apariencia de un país desarrollado, moderno y con futuro.
Podríamos hablar largo y tendido sobre la representatividad de España en el mundo, pero dada la afición del Gobierno con la exaltación de la bandera, y el ánimo de usarla como motivo de enfrentamiento entre todos, voy a centrar la marca España en lo que debería ser su nueva bandera.
Yo, en contra de lo que opinan los republicanos, soy de los que opinan que deberían mantenerse los colores de la bandera: el rojo (representativo del chorizo, abundante en toda la geografía, también en algunos secaderos) y el amarillo (color alusivo al oro que nuestros patriotas tienen depositado en cuentas de Suiza y demás paraísos fiscales). Dudo que haya dos colores que digan tanto de la realidad de un país.
El escudo obviamente necesitaría una reforma cuasi integral. Mantendría la corona, porque es obvio que sigue presente, y dadas las consecuencias que podría traerme, seguiría presente, pero perdería la horizontalidad, ladeándose hacia la derecha, al estilo "chapiri" (gorra con borla de la Legión).
El tenante (las dos columnas que flanquean el blasón) las sustituiría por dos torres al estilo de los "castellers" (alusión a Cataluña y el conflicto presente), la torre estaría construida al revés, de forma que en la base se mostraría a un individuo aguantando el peso de un nutrido grupo de señores, que, en la cúspide de la torre, posarían sentados en sillones fumando y bebiendo; ¿no me digan que no les suena?... piensen sólo en la situación actual ¿Quién rescata a quién? ¿quién paga y quien cobra?... blanco y en botella.
El blasón obviamente necesita una reforma integral, puesto que tiene poco sentido y no es representativo, por tanto, el cuartelado correspondiente a Castilla-León sería sustituido por una hucha, simbolizando el poder de los bancos, capaces de cargarse las cajas de ahorros, eliminando la banca de proximidad, acaparando los fondos públicos necesarios para su saneamiento y enriquecimiento, saqueando vía comisiones y desahuciando parados, jubilados y pensionistas.
El cuartelado correspondiente a Aragón-Navarra desaparecería en favor de una torre de alta tensión, símbolo del poder de las eléctricas desde su privatización, hogar de expresidentes, exministros y azote del pueblo. No sobraría añadir una señal de prohibición sobre el símbolo del sol, para dejar constancia de la ley impuesta sobre la energía solar.
El escusón, en el centro de los cuartelados, creo que, tanto por referencia al nombre, como al protagonismo en los últimos años, es un lugar reservado para la Justicia, sobre el logo ya tengo más dudas, ya que, si habitualmente nos la presentaban como una dama con los ojos vendados, creo que la idónea para España es la que observa antes del juicio al acusado. No creo que sea menester hacer referencia a ninguno de los juicios como el de la infanta-Urdangarín, el reciente de "La Manada" u otros tantos que verán la luz en breve.
El entado en punta de la parte inferior, cómo no, en medio de este panorama, es de obligado cumplimiento, el logo de PP y Ciutadans, compartido, ya que los logros obtenidos por el Partido Popular con mayoría absoluta, y posteriormente con los higiénicos Ciudadanos, los que venían a limpiar y regenerar la política, completarán la cruda realidad de esta España.
No piensen que se me olvidaba, el lema "Plus Ultra" podría mantenerse, debemos ser conscientes de que esto tendrá continuidad con otro Gobierno, con nuevas caras y mismos modos, pero por dotarlo de actualidad lo sustituiría por "Nihil scirem" (yo no sabía nada), o tal vez "Quia non recordabor" (no lo recuerdo), que va en sintonía con las declaraciones de todos-as y cada uno-a de los investigados-as en suelo patrio.
Ahora sólo nos resta enarbolarla en alto y salir a las calles a gritar eso de "yo soy español, español, español..." y si quieren agregan al final de la frase el gentilicio de un país asiático, para más señas al sur de Rusia y al norte de China, completarán el espectáculo. Recordad que los grandes patriotas de España os agradecerán siempre vuestros sudores y desvelos.
Alejandro González Lada, Urbiés (Mieres)
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