Educación errada
Según qué responsabilidades, ideales, valores y códigos de conducta hemos inculcado a nuestros hijos y alumnos, así serán de autónomos, capaces, respetuosos, solidarios y felices el día de mañana. Educarles en el consentimiento, a la espera que ellos el día de mañana se den cuenta por sí mismos cómo deben comportarse, es correr riesgos innecesarios.
Los niños obedecen según normas estrictas, a castigos firmes (nada de consensuados como alguien decía) incluso una ñalgada a tiempo les hará mejores. Pretender educar a golpe de súplica solo conseguiremos caprichosos adolescentes. En su día, cuando los psicólogos decían aquello del trauma del niño por recibir castigos innecesarios, que había que protegerles para que tuvieran autoestima y fueran felices y dichosos; todo eso logró una Ley de protección y derecho del menor sin exigirles nada a cambio: Obligaciones y deberes para con profesores, padres, abuelos y resto de la sociedad. Lo único que consiguieron fueron niños, adolescentes y mayores que no se respetan ni a ellos mismos.
Los psicólogos, "los expertos en conducta", esta profesión un tanto devaluada, quiere de nuevo volver a ser protagonista con el tema de maltratos, agresiones y violaciones firmando un manifiesto todos ellos en favor de no sé qué reforma penal para favorecer de nuevo una Ley discriminatoria, se creen expertos en este tipo de violencia sexual y dicen: "la paralización y el bloqueo son reacciones automáticas y normales ante el pánico" y, por ello, no tiene sentido plantear la cuestión del consentimiento" -claro, con esa teoría sobran los jueces y pruebas ¡que osados son!-. En una palabra señores psicólogos, ustedes no creen en nuestro estado de derecho, en jueces y Justicia. En esta sentencia, hay posibilidades de recurso a instancias superiores, pero a ustedes qué más le da, quieren imponer sus teorías mentales fuera de lugar al ignorar las pruebas que sí vieron y analizaron los jueces que ponen en cuestión. A qué deducción nos quieren llevar ustedes ¿los jueces prevaricaron?
Es mejor creer en ustedes, puro postulado y palabrería, hablan de una teoría (Polivagal) que, por lo que se ve, puede ser aplicada a todos los casos sin pruebas y juicio justo. Dicen: "ante una amenaza de muerte, lesión grave o violencia sexual, es común una respuesta de inmovilización con latidos más lentos y del corazón y reducción de la sensibilidad al dolor". En efecto, así pudiera ocurrir, y también, cómo somos muy diferentes todos, alguno o alguna respondería de forma diferente ¿qué hacemos con ellos, las metemos en su máquina de la verdad Polivagal? Ustedes son más que osados, ya que les falta lo más importante para todas esas especulaciones mentales: los meses que tres jueces dedicaron a investigar, tomar declaración, ver testigos y pruebas para dar el veredicto que dieron.
A los niños hay que enseñarles a respetar a los demás, exigirles obediencia a los mayores. Como pudimos comprobar, no es posible inculcar a los niños la obediencia a base de ruegos y súplicas, siempre harán lo que les antoje en cada momento. Las nuevas tecnologías, en su mano desde niños, donde se atiborran de información sesgada, harán el resto: niños caprichosos, ociosos y comodones, mañana adolescentes y mayores que darán rienda suelta a todo ese consentimiento que les dimos. El resultado a la vista está, manadas que no respetan nada. ¡Ojo! Manadas de energúmenos, energúmenas y mixtas.
José Viñas García, Villamiana (Oviedo)
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