La eutanasia vuelve para quedarse

La Ley de autonomía del paciente, vigente hoy, establece que el paciente tiene derecho "a decidir libremente, después de recibir la información adecuada, entre las opciones clínicas disponibles", así como a "negarse al tratamiento, excepto en los casos determinados en la Ley".

El Código Penal, en el artículo 143.4, prohíbe y castiga con penas de cárcel:

A) la eutanasia activa (intervención deliberada para terminar con la vida de un enfermo sin perspectiva de cura, mediante el suministro de fármacos).

B) el suicidio asistido (es el enfermo quien termina con su vida, pero con la ayuda de alguien que le proporciona los fármacos letales, manera de administrarlos y dosis. En la memoria de todos, Ramona Maneiro, la mujer que asistió a Ramón Sampedro).

La regulación de la eutanasia es un debate muy complejo que ya está en la calle, suscita un gran conflicto médico, jurídico, ético y moral, y debería establecer de un modo muy claro, los límites de la intervención humana para que no derive en una cascada de acciones negligentes. No obstante, la mayoría de españoles parece no tener dudas, cuando en una encuesta de Metroscopia (febrero de 2017), un 84% respondió afirmativamente a la pregunta: ¿Debería tener derecho un enfermo incurable, a que los médicos le proporcionaran algún producto para poner fin a su vida, sin dolor? Particularmente creo que el enunciado es muy genérico y nada concreto, por lo que me sorprende un porcentaje tan alto de síes, ante una cuestión que considero de máximo riesgo e importancia.

El Partido Popular, como Ciudadanos, e igual que se contempla en la legislación francesa desde 2016, se centra en los cuidados paliativos y en la utilización de una sedación profunda para evitar el sufrimiento físico o psíquico de los enfermos terminales. El PSOE propone, además, que se incluya como un servicio cubierto por el Sistema Nacional de Salud, "para enfermos incurables, que padezcan un gran sufrimiento o para los que tengan una discapacidad grave crónica". ¿Qué es discapacidad grave crónica?

Recordemos que tanto la Asociación Médica Mundial (AMM), como la Organización Mundial de la Salud (OMS) se oponen a la eutanasia, por ser "contraria a la ética".

La decisión sobre la propia vida debe estar en manos de cada uno de nosotros. Particularmente, confío en la profesionalidad de los médicos que están ahí para darnos a conocer las opciones, respetar nuestra decisión, y llevarla a cabo. De los políticos que pretenden reconocer y regular el derecho a morir, directamente, no me fío un pelo.

En nuestro país, todas las comunidades autónomas tienen regulado el testamento vital, en el que cualquier persona mayor de edad puede dejar establecida por escrito su voluntad sobre cuidados y tratamiento de su salud, para cuando se den circunstancias en las que no pueda expresarla personalmente, y, además, Asturias, entre otras, ha legislado sobre el derecho a la muerte digna.

En el exterior, sólo Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Canadá, así como algunos estados de USA y Australia, tienen despenalizada la eutanasia. En Suiza no es delito el suicidio asistido (he leído sobre la legislación en Bélgica, y es para llorar).

Pregunta inocente: Aprobada esta ley de eutanasia, ¿qué tratamiento procedería en los casos de, por ejemplo?:

Stephen Hawking (enfermó a los 21 años. Esperanza de vida, entre 2 y 5 años. Falleció a los 76 años.). ¿Eutanasia?

Magic Johnson contrajo el VIH en 1991. Esperanza de vida, 10 años. Han pasado 26 años y felizmente, vive. ¿Eutanasia?

525 millones de personas que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), padecen enfermedades raras, para los que aún no hay cura. ¿Eutanasia?

40 millones de personas ciegas que, según cálculos de la Sociedad Española contra la Ceguera en Países en Desarrollo, hay en el mundo. ¿Eutanasia?

Millones de ancianos, tullidos, paralíticos, dementes, etc., etc. ¿Eutanasia?

¿Se hacen idea de los miles de millones que podrían ahorrase los gobiernos? ¿Es una cuestión de justicia y humanidad o es una cuestión puramente económica? Tres ejemplos para la reflexión:

Bill Gates: "En primer lugar tenemos la población. El mundo tiene hoy 6.800 millones y llegaremos a los 9.000 millones. Ahora, si hacemos un buen trabajo con nuevas vacunas, atención médica, servicios de salud reproductiva, podríamos reducirla (la población) tal vez 10 o 15 por ciento".

Philip Nitschke, miembro del partido Voluntary Euthanasia Party: "El anciano enfermo y el enfermo terminal sólo suponen costos para la economía pública".

Taro Aso, ministro de Finanzas japonés: “Yo me despertaría sintiéndome mal, sabiendo que todo [el tratamiento] está pagado por el Gobierno”. Pide a los ancianos que "se den prisa en morir".

Creo que nos interesa ser muy críticos y exigentes con este tema, y manejar palabras y conceptos que la mayoría desconocemos, y que en las próximas fechas serán como el pan nuestro de cada día: eutanasia activa, eutanasia pasiva, suicidio asistido, sedación paliativa, ortotanasia, muerte digna, límite al esfuerzo terapéutico, sedación terminal (aplicada por el polémico Dr. Luis Montes, en Madrid).

Los que han votado "sí", ¿saben lo que han votado realmente? Yo, desde luego, no.

Esto ya empieza a ser como el del chiste;

- ¿Por qué mató a su suegra?

-Verá, sr. juez, se clavó la espina de una rosa, y para que no sufriera... tuve que rematarla.

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 3): "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona". Así, ni aborto, ni eutanasia, ni pena de muerte.

Un saludo cordial

Rufo Costales, Oviedo