La seguridad en Oviedo
Alguien debería ser cesado de sus responsabilidades profesionales y dimitir de su cargo público. Es una irresponsabilidad no comunicar a la Policía Local de Oviedo que se está cometiendo un atraco en Colloto. Más grave sabiendo que este cuerpo policial mantiene las 24 horas del día personal patrullando la localidad.
Esto sí es una imprudencia profesional, y no la actuación de Eloy Palacio en el incendio de Uría. No beneficia a nadie y pone en grave peligro la integridad de los policías y de los ciudadanos.
No es la primera vez que pasa esta falta de comunicación, incluso entre los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado.
No es argumento válido decir que la Policía Local no es especialista en atracos. El 091 de la Policía Nacional tampoco lo es. Hay un grupo en la Policía Nacional y otro en la Guardia Civil especializados en atracos, el resto de los policías nacionales y guardias civiles, al igual que las policías locales tienen una formación profesional genérica.
Saben lo que tienen que hacer y precisamente no es acudir con luces y sirenas al lugar y entrar uniformado a comprobar si es cierta o no la alarma activada.
La seguridad pública en Asturias es responsabilidad del Delegado de Gobierno y las policías locales, como dice la ley son colaboradores en su mantenimiento. No se confundan, colaboradores no significa auxiliares. Colaborar no es hacer dos servicios policiales diferentes y autónomos.
Oviedo es una ciudad segura, eso no significa que los responsables políticos y policiales dejen de buscar mejorar esa seguridad.
Algunos políticos están aprovechando la ocasión para vender al ciudadano que esto se soluciona implantando la policía de barrio de la Policía Local y los ciudadanos dicen que quieren la policía de proximidad.
Dos modelos policiales distintos. Los vecinos saben, que no son tontos, que la presencia más reposada de la Policía Local en su barrio supone un mayor control del cumplimiento de las ordenanzas municipales y, por tanto, aumentan las denuncias, y su seguridad, que es buena, ni mejora ni empeora.
En cambio, con la policía de proximidad de la Policía Nacional, de la época de Aznar, se ve un aumento de la presencia policial en su barrio, pero el control de las ordenanzas municipales sigue siendo el mismo.
Buscar una ciudad más segura no es tener a los policías a pie por los barrios. Con la disminución alarmante de efectivos policiales y el aumento en extensión de la ciudad no es lo más sensato y eficaz.
Se debería de buscar una mejor comunicación con el ciudadano, provechando las redes sociales y el teléfono móvil.
Hoy día en el mercado existe infinidad de tecnología en seguridad que ayudarían a convertir Oviedo en una ciudad mucho más segura.
La vida cotidiana de los ciudadanos no se vería afectada y para esos momentos puntuales de inseguridad esa tecnología ayudaría a los cuerpos policiales a ser más eficaces en su tarea.
El Ayuntamiento de Oviedo, igual que se gasta 500.000 euros al año en mejorar el Carlos Tartiere, debería destinar esa cantidad incluso mayor a invertir en tecnología para mejorar la seguridad.
No confundan: cuando hablamos de mejorar la seguridad no hablamos de comprar más radares o similares.
Luis Enrique Saiz Villán, Oviedo
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