El poder de la palabra
En un anterior espectáculo, titulado "La palabra se hizo América ", la portada del díptico decía lo siguiente: "Si en algún sitio late con fuerza el corazón de la lengua castellana es en Hispanoamérica, donde se enriquece, se disfraza y se transforma como todo ser vivo. Sirva este recital como reconocimiento al castellano de América y sus hablantes a través del mejor indicio: su poesía. Presentamos un escaparate ante el que ustedes pueden detenerse a ver la vida. Quizá, su propia vida".
Parece que les hicieron caso y hay más países que reclaman como propia nuestra lengua, lo cual debería de enorgullecernos porque una lengua tan cargada de historia, puede ser una poderosa arma para mejorar el mundo, compartiendo nuestras mejores virtudes y enriqueciéndolas con las ajenas.
Aquel recital fue memorable y pleno sensibilidad: "Vi lágrimas en muchos ojos". Una mezcla de música, canciones y poesía, maravillosamente interpretados por los alumnos, que se comportan en el escenario como auténticos profesionales, magistralmente dirigidos por varios profesores que colaboran en el proyecto. Además, el espectáculo fue un ejemplo de integración y de fusión de razas y culturas, así como una constatación del esfuerzo y capacidad de superación de algunos alumnos participantes, con sus facultades físicas muy mermadas. Como naviego, me siento orgulloso de que un centro público que no querían algunos caciques de este pueblo, albergue tantas iniciativas culturales y de tanta calidad: un tesoro al alcance de todo aquel que tenga inquietudes culturales. Veo que las expectativas que tenían depositadas todos los que lucharon por el centro se están cumpliendo, a pesar de tantas zancadillas. Enhorabuena a todos los participantes: "Sois un lujo para nuestra villa y merecéis todo el apoyo necesario para seguir en esta línea".
El año pasado el espectáculo se tituló "Nortesía" y, como no pude verlo en el salón de actos del Instituto, acudí a verlo al coqueto Teatro Casino de Veiga, donde luce más. Esperemos que Navia tenga pronto el ansiado auditorio, que nos fue arrebatado, para poder representar en condiciones óptimas este tipo de actos.
Ante la atenta mirada de un público entregado, sobre el que derramaron toda la emotividad que llevan dentro, fueron inundando el salón de egregias y dulces palabras bellas, orladas de una coreografía y unos decorados sencillos y hermosos, con fotografías de fondo muy bien escogidas y un expresivo baúl de emigrante con voz propia, acompañada de las melodías musicales suaves que armonizaron perfectamente con la fuerza desgarradora de los versos recitados o cantados. El mensaje caló muy hondo entre el público e hizo brotar lágrimas en muchos de nosotros, que tuvimos la sensación de haber presenciado un espectáculo único e irrepetible que debería de llenar de orgullo a todos los naviegos. Mientras tengamos jóvenes capaces de realizar y compartir representaciones tan excelsas, utilizando como arma sólo la palabra, la música y la danza, aparte de la felicidad que contagian, será la señal de que nuestro pueblo está vivo. Estamos todos tan desmoralizados por la corrupción, por las desgracias personales o por la incompetencia de nuestros dirigentes, que no nos dejan vivir tranquilos y nos han sumido en una especie de inmundicia donde todo hiede, que actuaciones como las de "Voces compartidas " hacen albergar ciertas esperanzas de que un mundo mejor es posible, si a estos jóvenes se les deja desarrollar el potencial que llevan dentro en vez de condenarlos a la diáspora y al olvido. En esa edición hubo innovaciones con la incorporación de poesías en asturiano central y en fala, con la única intención de sumar y compartir culturas, sin querer ser más que nadie, fusionando y valorando armónicamente lo de todos, quedando claro que nuestro acervo cultural no tiene nada que envidiar al de otros que presumen mucho de sus hechos diferenciales. Se versaron temas muy variados como la muerte, el inexorable paso del tiempo, la emigración, el amor o el desamor, desde la óptica de los habitantes de esta tierra y de su dura vida, que transcurre en la franja donde el campo besa a la mar y que, aparentemente, crearon un trasfondo de tristeza y melancolía pero, desapercibidamente, durante el espectáculo, fue imponiendo su ley la fuerza de la palabra, la lírica, la música y el optimismo de nuestros interminables días azules de infancia, que nos impulsa a que aprendamos a valorar la grandeza de las pequeñas cosas y que hacen que merezca la pena seguir. Yo no soy rapero pero, como colofón, escuché el más hermoso hasta la fecha, interpretado por uno de los alumnos y coreado el estribillo por todos los demás, mientras el público vibraba y acompañaba con palmas, en el que se resalta el orgullo de haber nacido en esta bella tierra asturiana: es precioso y buscaré la manera de hacerme con él, ya que me hizo recuperar el profundo sentimiento de asturianía que parecía dormido.
Este curso, como hago tradicionalmente, asistí el pasado viernes al espectáculo que nos regalaron alumnos y profesores del IES Galileo Galilei, de Navia, titulado "25 años dejándose crecer la vida ", en el que hubo una especie de homenaje al cuarto de siglo que cumple el Centro, donde alumnos y profesores, dando rienda suelta a la libertad de expresión, hicieron un recorrido por la historia de esta etapa recordando tanto acontecimientos deleznables que están sumiendo nuestro mundo en una especie de hedor nauseabundo, como las interminables guerras, el terrorismo sembrado por los intransigentes, los problemas de los inmigrantes o los desahuciados, la violencia de todo tipo de género o el uso desmesurado de las redes sociales, que convierte a los seres humanos en una especie de marionetas idiotas que necesitan comunicar que están en el retrete para romper su aislamiento y autodemostrarse que alguien está pendiente de sus vidas, como recordando también personajes desaparecidos, relevantes culturalmente en la historia de esta idea tan compleja como inacabada denominada España, como Camarón, Alberti, Ángel González, Miguel Delibes, o personalidades vivas como Fernando Trueba, Almodóvar o Mario Vargas Llosa. El espectáculo fue una perfecto maridaje entre la historia y el presente que de ella se nutre, y los alumnos mostraron, a través de los poemas recitados y de las canciones, su espíritu crítico, la protesta y la denuncia contra aquello que consideran que no está bien, incluida el sarcasmo de la matanza cobarde de un elefante, dejando muy claro que ya no están dispuestos a callarse mientras los que ejercen el poder cercenan sus ambiciones: ya son suficientemente maduros para que nadie intente tomarles el pelo. Combinaron poemas de Alberti o Federico García Lorca, con fragmentos de Aramburu, Manuel Vilas o Delibes, entremezclando canciones adecuadas que dulcemente brotaban de sus labios, creando una atmósfera mágica, emotiva y onírica donde reinaba, sobre todo, la fuerza de la palabra.
El colectivo "Voces compartidas", magistralmente dirigido por el profesor Antonio Vegas, con el que colaboran varios profesores más, es además un festival de lenguas, en las que he visto armonizar el castellano, el asturiano, las falas del occidente, el inglés e incluso el hermoso quechua. Seguro que nos dejarán embelesados, una vez más cada primavera, y nos enseñarán a valorar un poco más nuestra cultura autóctona y las ajenas. Siempre conjugan, magistralmente, la música, la danza, la poesía en una atmósfera coreográfica pura, desprovista de artificios. Los alumnos participantes siempre están soberbios en sus actuaciones y demuestran por toda Asturias el capital humano que atesora esta tierra, antes despreciada. Aunque no trabajo en este centro, como naviego, me siento orgulloso del Galileo Galilei, ya que sé lo que costó conseguirlo ante la oposición de los retrógrados de la villa que trataron de impedirlo. ¡Enhorabuena, larga vida y muchos éxitos!
Creo que los componentes de este colectivo se merecen el reconocimiento de Asturias, por su trabajo a lo largo del curso y por su buen hacer. Forman parte de eso que ahora llaman "patrimonio inmaterial".
Al final, la rueda gira y gira, unos alumnos se despiden del IES con lágrimas en los ojos, al igual que sus profesores, pero buscarán su rumbo siguiendo la estela de la luna hacia el norte, darán la vuelta al mundo y nunca olvidarán que éste es su lugar, que un día tendrán que mejorar.
Vuela feliz la golondrina en su jardín de ensueño, / mas, en su afanoso vuelo, / el nido, tejido de amor, nunca olvida.
Florencio Antúñez García, Navia
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