Una huella difícil de borrar
En el marco de lo que sería un ejercicio de autoafirmación, algunos sentimos la necesidad de expresar nuestra opinión a través de la palabra escrita. Por dicho motivo, últimamente he sometido mis pensamientos al juicio individual de quien quiera leerlos desde la autonomía propia de aquel al que ninguna circunstancia obliga.
De manera similar a como lo hicieron en su momento el ministro Méndez de Vigo para legitimar la violencia de la extrema derecha o el president Quim Torra para descalificar genéricamente a los españoles.
Consciente de lo que supone tan azaroso acto, hoy afronto este reto con un temor aun mayor al entender que el paso del tiempo es capaz de hacernos cambiar de parecer, pero la huella que dejamos puede hacerse imborrable.
No obstante, he decidido que voy a seguir haciéndolo "a mi manera", ejerciendo este derecho desde la responsabilidad y tratando de encontrar el tono adecuado. Así que pido a los distintos representantes que dejen de alzar la voz y lleguen a un entendimiento, de igual a igual y sin aspavientos.
Porqué "querer hablar es aceptar la simetría y la ausencia de represión".
David Mañé Morera, Cambrils (Tarragona)
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