"Los errores del cambio"
En 1986, 11 años después de la muerte de Franco, el intelectual adicto al sistema Gonzalo Fernández de la Mora, escribió un libro con tal título. Aquí sólo aludiremos a uno de los muchos puntos de que trata: el “estado de las autonomías”, tema sobre el que el autor no podía conocer lo que ocurriría en los 32 años que siguieron a su publicación; y por haber nacido en 1924 tampoco se le puede llamar ideólogo del franquismo, como se le conoce.
Según este autor, el motor principal del cambio fue Juan Carlos de Borbón, que haciendo uso de poderes excepcionales heredados, que habría de perder con el cambio, destituyó al presidente Arias sustituyéndolo por su amigo Adolfo Suárez, jefe nacional del Movimiento, y gobernador de Segovia, provincia donde se habían hecho muy amigos. No es ocioso añadir que, según el libro “Los errores del cambio”, tal relevo contó con el Vº Bº de Washington, y que en él intermedió el presidente del Consejo del Reino, Torcuato Fernández Miranda quien, a petición del Rey, habría designado a Suárez como presidente del Gobierno, a pesar de ser el menos votado de la terna. Igual que Fernández Miranda, también pasó de largo el general Gutiérrez Mellado, y sólo ha permanecido en la “memoria histórica” el cardenal Tarancón, a quien, recientemente, se le ha dedicado una rotonda en la ciudad de Oviedo.
Centrándonos en el “Estado de las autonomías”, según De la Mora fue pactado por plenipotenciarios de los entes autónomos en gestación y el Gobierno de España, antes de someterlo a las Cortes Constituyentes, donde fue aprobado el 31.10.1978, y por referendo el 6 de diciembre. Como bien se dice, las normas constitucionales al respecto están muy dispersas y difíciles de hilvanar; no mencionan la palabra España sino la de nación española, las nacionalidades y las regiones; y se refiere a las competencias en normas muy diseminadas. Posiblemente el peor problema legislativo al respecto sean las 32 competencias definidas como exclusivas del Estado en el Art. 149 de la CE, lo que contrasta con el Art. 150.2 que dice que el Estado podrá transferir o delegar a las comunidades tales competencias. Lo cual, según De la Mora, podría sintetizarse en un único artículo que dijera: “El Estado transferirá a la comunidad autónoma las competencias que estime oportuno”.
Queda claro que, en la práctica, el llamado estado de las autonomías ha traído grandes diferencias de legislación, de competencias y de trato fiscal y económico entre las distintas comunidades, y no sólo no ha frenado, sino que ha estimulado el independentismo; y ha proliferado “ad infinitum” el número de cargos políticos elegidos, designados, cuerpos consultivos, expertos, consejos asesores, sabios de comité y una notable red clientelar. Esto conlleva, junto al problema nuclear de las diferencias entre comunidades, un gasto público desmesurado y superfluo, que conduce, por una parte, a la reducción del gasto social, y por otra, al afán recaudatorio de comunidades y ayuntamientos.
El libro “Los errores del cambio” tiene, sin embargo, un error de bulto, que es su título. No hubo error en el modelo de cambio, ni ningún suicidio del poder anterior, lo que hubo fue una ley de punto final bilateral, no escrita; y un amistoso acuerdo de hacer una tarta mayor para que hubiera mucho para unos y para otros; si es que hay alguien tan perspicaz capaz de distinguir, en la actualidad, entre unos, otros, y los de más allá.
José María Izquierdo
Oviedo
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

