Búsqueda imposible de un trabajo digno
En la enajenación del trabajo no somos nosotros mismos, tampoco importa el otro, el fin es el salario y llegar a fin de mes, encerraditos en nuestra casa y contentos de llegar, por fin, a fin de mes. Pobrecito el que no llega, pero bueno, qué se le va a hacer, él es responsable de su vida. Así el calvinismo nos impuso esta idea. Como dijo Max Weber, los elegidos llegarán al paraíso, los no elegidos tenemos trabajos indignos, hacemos chistes con nuestra mala suerte, nos marginaron hace ya tiempo. Un funcionario o varios funcionados enajenados no consideraron justa mi reclamación, quería que me pusieran de nuevo en el puesto de la lista de interinos de profesores de Filosofía. Mi error fue hacer mal la petición aquella semana, quizás porque tengo muchas cosas en la cabeza, porque no se pueden permitir los errores y ahora lo pago bien caro, no llegando a fin de mes y preocupada porque no me alcance el dinero para ir al supermercado.
Yo quisiera saber en qué currículo puedo poner que uno de mis hijos tiene discapacidad y que por falta de concentración no he podido superar el examen de inglés, que ya lo hice 4 veces. Profesora de Filosofía con posgrados en Lengua castellana y su literatura, con conocimiento de 4 idiomas extranjeros. No debí ser la elegida, no, quizás porque mi familia no conoce a algún cacique interesante. Ni siquiera en los colegios concertados hay compasión, y eso que son católicos, pero ya ves, se han adaptado muy bien al tren del bilingüismo, que es lo que exige nuestro día a día. Seguro que ya no enseñan el poema del Niño Yuntero de Miguel Hernández, que en su poesía hay más profundidad y compasión cristiana que en cualquier secretaría de estos colegios tan católicos.
¿Dónde está la igualdad de oportunidades de la que tanto hablan?
¿En qué formulario puedo explicar, en qué documento puedo reflejar que me cuesta el día a día como madre de familia monoparental y madre de un hijo con autismo no verbal, receptora de salario social, familia en exclusión social, a qué empresa con un contratista no enajenado le puede interesar que yo necesite un trabajo digno y que pueda cobrar lo suficiente para pagar a alguien que a la vez pueda ayudarme a cuidar de mi hijo? Y explotar de paso a alguna mujer más pobre que yo, y darle un dinero injusto por su trabajo. ¿No sería más justo que asistentes sociales dignamente remunerados me ayudaran con el cuidado de mi hijo? No, no importa, seguiré siendo el reflejo de una política de cuidados ineficiente, haciendo un trabajo reproductivo que no cotizará por ello. Sobreviviendo y viendo cuáles son los elegidos y cuáles no. Presumiendo de ser una madre coraje que no quiero ser, no quiero que me compadezcan, quiero un trabajo y una vida digna. Orgullosa de cuidar una vida inútil para el sistema que solo tiene en cuenta los beneficios económicos. Orgullosa de ser vida sosteniendo vida y encontrar así un sentido profundo a mi existencia. Pero vida también que el capital enajena para hacerse dueño de nuestros cuerpos. El feminismo no triunfará hasta que una persona como yo pueda tener un trabajo digno y ayuda asistencial para cuidar a mi hijo. Hace tiempo que llevo gritando en las redes sociales. Hoy me escucharéis por aquí.
María Durán Barbero
Oviedo
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