De oposiciones a profesores de Secundaria, igualdad, paridad y sentido común
Este año se han convocado en Asturias oposiciones al cuerpo de profesores y, claro, se han tenido que convocar tribunales para evaluar a los opositores y repartir las plazas ofertadas. El proceso de selección ha sido siempre el mismo: se hace un sorteo entre los profesores de carrera de las especialidades con plazas ofertadas, se eligen un apellido y un orden (ascendente o descendente) y se van cubriendo los tribunales con los profesores y profesoras a los que les ha tocado, menos los presidentes del tribunal que son elegidos “a dedo” por la Administración. Pero, ¡oh sorpresa!, este año el proceso ha cambiado un poco; por la ley de paridad entre hombres y mujeres se ha decidido que el azar no es suficiente, que por la igualdad debe haber presencia equilibrada entre ambos sexos en los tribunales. Lo que parece que es justo y yo suscribo en muchas situaciones para evitar la infrarrepresentación de las mujeres, en el funcionariado y, muy especialmente, la enseñanza no lo veo tan claro; me explico: la mayoría aplastante de mujeres en el cuerpo, 70% según el Ministerio de Educación, y aún más en especialidades como la mía, Inglés, ha tenido como consecuencia que al elegir tribunales se hayan saltado a muchas compañeras hasta llegar a un hombre y así producir lo que yo creo que no es de sentido común y roza la discriminación. Se puede llegar al caso de que haya hombres que siempre sean tribunal de oposición por trabajar en una especialidad con muchas mujeres. El efecto que busca la ley de paridad queda así traicionado. Hasta la propia Consejería de Educación reconoce en la resolución lo siguiente: “Dada la distribución por sexos del personal funcionario docente en esta comunidad autónoma, así como el desequilibrio existente en la mayor parte de las especialidades, se constata la imposibilidad objetiva de paridad...”; pues aun reconociéndolo, la Consejería ha hecho tribunales paritarios, eso sí, en cuanto a los presidentes de tribunal, que eligen a dedo, no fue tan necesaria la paridad, de hecho de los seis tribunales que hay en Inglés hay cinco presidentas y un presidente, con lo cual estoy absolutamente de acuerdo, por otro lado. Lo que no entiendo es que una ley que se hace para luchar contra una injusticia permita que se produzca otra. En Inglés hay 46 plazas convocadas y, como todos los años, un porcentaje de opositoras mucho mayor que el de opositores. ¿Qué pasaría si se decidiese dar 23 plazas para hombres y 23 para mujeres? Pues eso.
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