Asturias desde el color
Esta carta, en forma de égloga, es un homenaje a una tierra muy querida por mí...
"A medida que me acercaba al Principado, siempre escoltado por mi fiel rebaño, contemplaba extasiado aquel verdor perenne de las praderas. El panorama se me antojaba delicioso aunque la soledad en estos valles me inquietaba. Sentía el aullido del "llobu" cerca, menos mal que mis miedos quedaban difuminados en una paleta. Sí, porque aparte de ser pastor dibujaba y el lienzo de este viaje quedaría plasmado en un cuadro de vibrantes colores.
A la manera de un "fauvista", mi paleta buscaba medios de inspiración y los paisajes frondosos, repletos de rosáceas hortensias y albinas calas, me ofrecían todo lo que un artista deseaba. Y en la orilla del río me embelesaba con el color límpido del agua dulce o con las anaranjadas escamas de las truchas pero el atardecer se cernía y yo anhelaba el descanso del guerrero trashumante. No sé, un buen culín de sidra podría ser el broche perfecto porque el néctar que emanaba de esa botella de vidrio aceitunado aligeraba las penas de esta vida llena de grises.
Debo decir que las ovejas estaban como en casa, y yo, al ver como sesteaban, era feliz; nada me faltaba. Para mí todo eran gratas impresiones: el olor de la madera de un viejo hórreo, el canto del urogallo, el sonido de aquella gaita... pero pasaban los días, las semanas y mi labor como "zagal" llegaba a su fin. El periplo por Asturias terminaba y pronto volvería a mi León natal. Sin embargo antes de partir deseaba ver el mar por primera vez...
La llegada a la costa fue digna de "La Odisea". Como un Ulises del siglo XXI, con todo mi séquito ovino a las espaldas, desembarcaba en la playa de La Griega, en Colunga. Con el cuadro a cuestas, contemplaba la inmensidad de ese mar de lapislázuli. Mis pies parecían que levitaban sobre la arena dorada de la playa y los turistas nos miraban. Pero me daba igual porque había finalizado mi obra...
y los paisajes y las gentes de Asturias habían sido mi mayor inspiración".
P.D. En realidad no soy pastor ni siquiera pinto bien. Simplemente soy un chico de León, historiador para más señas, que busca su oportunidad en el difícil mundo de la docencia. El género de la epístola periodística también es otra manera de enseñar Geografía e Historia ¿no? Espero que a Usted, amable lector/a, le haya gustado esta carta tan colorista.
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