Ángel Molicie Uriel
Papá, te fuiste muy pronto, quería tenerte más tiempo, pero no pudo ser. Era tu momento, tu despedida.
Ahora me queda tu recuerdo, tus llamadas a esa primera hora para hablar de nuestras cosas…
A mamá, que ahora está en una nube, intentaré arroparla y tenerla como siempre la tuviste tú.
Fuiste un padre ejemplar, como marido eras el mejor, y como abuelo… qué te voy a decir.
Ahora que tú no estás presente, pero sé que lo harías, quiero dar las gracias al servicio de Paliativos de Oviedo, al Dr. Juan Santos y a la enfermera Gema del Valle por su profesionalidad y por hacernos llevar la enfermedad de la mejor manera posible.
Y cómo no voy a nombrar a tu sobrino, el Dr. Antonio Trigo González, que estuvo acompañándote hasta tu último aliento. Gracias, Toño.
También doy las gracias a toda mi familia, que han estado arropándonos en todo momento, pero sobre todo a mi marido, Manuel López-Arranz, amigo y compañero de fatigas (un pilar en mi vida). Ya sabes lo que os unía (prácticamente todo).
Has sido un ejemplo en nuestras vidas, ahora estás con el Señor (reza por nosotros). Algún día nos reuniremos en una eternidad Feliz.
Te quiero, Papá.
Tu hija Ana Molicie.
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