No los odio, o sí
No odio a los comunistas por su tonto sistema económico y su absurda doctrina de igualdad imposible que no la aplican para ellos mismos; no odio al secretario general del partido comunista de Podemos, Pablo Iglesias, por comprar un casoplón de medio millón de euros, no lo odio por predicar una cosa y volverse casta casposa; no odio al secretario general del Partido Comunista de Izquierda Unida, Alberto Garzón, el chico éste que nunca dio palo al agua, por predicar una cosa y volverse casta casposa cuando coge el sillón, comprándose un pisoplón en Rivas-Vaciamadrid, de 200.000 euros, no los odio a pesar de ser unos solemnes cantamañanas por andar engañando al personal. Ya estoy hasta los güevos de ver a tanto republicano comunista vivir como marqueses en la España monárquico fascista.
Odio a los comunistas por el terrorismo sangriento y devastador que practican en cada tierra que arruinan, sólo mediante el cual su régimen criminal puede mantenerse, como está sucediendo en Nicaragua, con el genocida de Daniel Ortega; odio al comunista, chofer de autobús y genocida, Nicolás Maduro, porque ha llevado a una de las naciones más ricas de América a la ruina y miseria; odio al comunista Raúl Castro porque él y su hermano tuvieron a la perla del Caribe, Cuba, tantísimos años en la ruina y la miseria aplicando políticas comunistas miserables; odio al comunista Kim Jong-Un por tener a los norcoreanos muriéndose de hambre bajo un régimen de terror, mientras se gasta miles de millones de dólares en sus juguetes atómicos; odio a los narcocomunistas de las FARC, que tantas desgracias han llevado a miles de familias colombianas.
Odio al organismo ése, lleno de burócratas, de enorme gasto para las naciones como es la ONU, que no hace nada para sentar las bases necesarias para que las naciones comiencen a deshacer de esos regímenes comunistas. Odio a EE UU, que con su potencial bélico y económico no ayuda nada para poner un orden de paz y libertad en Sudamérica y Centroamérica. Odio a ese gran espacio económico como es la UE, que les importa un pepino lo que está pasando en los países comunistas. Odio a todas aquellas naciones que, sabiendo lo que ha pasado en el Siglo XX y XXI con el comunismo, no prohíben a los partidos comunistas. Por eso y por querer seguir imponiendo sus miserias a los pueblos, pues, los odio.
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