Las cosas que decimos y las conductas que reforzamos
Cuando yo era pequeño, en mi entorno, circulaban muchos mensajes que hoy se consideran tóxicos. Se consideran tóxicos porque propician comportamientos insanos. “Los hombres no lloran. Esto es cosa de mujeres, refiriéndose a determinadas tareas. O, es el hombre quien mantiene la familia. O, y en relación al sexo: El hombre es quien lleva la iniciativa y, al hombre si le ponen la mesa, come”. En mi entorno circulaban muchos mensajes tóxicos y se reforzaban muchas acciones insanas.
Resumiendo, antes mucho más que ahora, las ideas expresadas y las tácitas hacían que el niño creciera pensando que debía ser duro, que tenía que ser decidido en materia sexual, que las tareas domésticas no le correspondían y que debía prepararse para ser el jefe y el sostén del hogar (…).
Como vemos, el machismo se puede explicar desde la cultura, desde la educación. Aunque ciertos comportamientos se pueden explicar también desde la biología. Como vemos nuestra salud física y mental depende mucho de la descontaminación. ¡Hay que establecer controles!
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