Decididamente, no es momento de bajar la guardia
El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, poco después de tomar posesión de su cargo, levantó los controles financieros a la Generalidad ya que, como consecuencia de la constitución de un nuevo Ejecutivo catalán el artículo 155 de la Constitución se dejó de aplicar. El Gobierno de Sánchez calificó esta decisión, obligada, de “gesto de normalización” ante el Govern que preside el independentista Quim Torra.
El levantamiento del citado artículo 155 ha supuesto, en la práctica, que Cataluña pueda realizar pagos a través de entidades financieras sin control previo del Estado, delegaciones en el exterior, lo que se conoce como Diplocat o embajadas de la Generalidad en diferentes países.
Este hecho deja muy claras cuáles son las intenciones del Ejecutivo de Quim Torra, que no parece haber tomado nota de las decisiones y conductas que llevaron a sus antecesores a la situación de ilegalidad que codujo a los procesos -todavía abiertos- con la Justicia.
Otro tanto se podría decir del relevo del encausado José Luis Trapero al frente del cuerpo de los Mossos d’Esquadra, que dependía del Ministerio del Interior, y que fue utilizado antes y durante el procés para la causa independentista de diferentes formas y maneras.
Porque lo que no puede volver a ocurrir es que después de todo lo que ha vivido la sociedad española, el pulso soberanista financiado con el dinero de todos los españoles y el uso de las instituciones para fines ilegales, la Generalidad siga actuando como si nada hubiera sucedido.
Por tanto, es responsabilidad del nuevo Ejecutivo español actuar para que nada de lo anterior vuelva a repetirse, ya que existen unas líneas rojas que nunca más deben volver a rebasarse.
En caso contrario, la “normalización” jamás llegará a buen término, pues el clima de tensión seguirá estando en la sociedad catalana, que podría decirse que, en su gran mayoría, desea vivir ya con total normalidad.
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