Esculturas sobre mitología asturiana
Perdóneme, señora concejala de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Oviedo, por dirigirme a usted sin tener el gusto de conocerla personalmente, pero hoy se me ocurrió una idea que no quiero dejarla pasar y se la voy a exponer, por si a la vista de la misma tiene usted a bien dedicarle unos minutos y la considera factible al menos una parte.
No se sabe a ciencia cierta desde cuándo los mitos y tradiciones que corresponden a la mitología asturiana viene o mejor dicho venían transmitiéndose de generación en generación, se supone que desde los siglos III y IV, relacionada con el principio del cristianismo en Asturias. Por mi propia experiencia, adquirida de mis mayores, conocí lo que eran y significaban: El Trasgu, El Sumiciu, Las Xanas, El Diablo Burlón, El Cuélebre, El Ome de Marín, El Busgosu, El Meberu, La Güesta, etcétera, etcétera..., todos ellos y alguno más forman parte de nuestras tradiciones y cultura asturiana, que por desgracia se van perdiendo a pasos agigantados, hoy en día a la mayoría de la juventud no les dice nada estos nombres y mucho menos sus peculiaridades.
Se preguntará que a cuento de qué le expongo de manera breve, cosas que usted sabe muy bien, le explico; yo vivo en la urbanización de La Monxina, y como están transformando toda la zona con las obras que se realizan en Prados de la Vega, hay muchos espacios ajardinados que bien pudieran aprovecharse para colocar alguna estatua representativa de estos personajes o paneles con mosaicos que igualmente figuraran con alguna inscripción y así poder despertar la curiosidad de los niños y transmitirles alguna enseñanza sobre la materia, ganando algún terreno a lo ya perdido a la vez que añadiendo a la bonita y adornada ciudad de Oviedo un tema nuevo en su equipamiento.
Rogándole disculpe las molestias ocasionadas, aprovecho la ocasión para desearle una larga y fructífera estancia en el cargo que ostenta.
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