Un efluvio santo
Un algo divino que se extiende por todos los lugares del mundo.
Un olor intenso que de la santidad procede.
Un fluir que cala hondo en los corazones.
Una cosa agradable que se irradia y que se percibe a su alrededor.
Un efluvio de amable simpatía.
Un efluvio divino de virtudes.
Un efluvio santo.
Un manantial de gracia divina que ahora, desde hace días, fluye de las paredes centenarias de esta catedral incomparable.
En la Santa Iglesia Catedral de Jaén, en la capilla de San José, ha sido colocado un óleo de San Josemaría Escrivá de Balaguer.
Dicho óleo fue bendecido por el Excelentísimo y Reverendísimo Monseñor Amadeo Rodríguez Magro, Obispo de Jaén, el 26 de junio de 2018, fiesta del Santo.
El autor del lienzo ha sido José Antonio Ochoa, de nacionalidad mexicana y afincado en Valencia.
También el Señor Obispo celebró la Eucaristía en la que resaltó las virtudes y la ejemplaridad de este Santo, que tanto ha calado en la vida y en la espiritualidad de tantos miles de personas de toda condición social. El Obispo nos habló en primera persona de él, dado que conoció a este Santo tan singular, tan cercano y tan querido en tantos países del mundo.
De San Josemaría se puede decir que es el Santo de la cotidianidad, del cada día. El Santo que nos enseña como santificarlo todo desde la perspectiva del día a día vivido con, y por, amor a Dios y a todas las criaturas.
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