Sexo consentido

13 de Julio del 2018 - Rufo Costales (Oviedo)

Suecia es el décimo país europeo que, con Inglaterra, Gales, Escocia, Irlanda, Bélgica, Alemania, Islandia, Chipre y Luxemburgo, adapta su legislación penal al Convenio de Estambul, firmado también por España, en 2011. En el mismo se recoge que para considerar acto punible en una actividad sexual, el límite será si "es voluntaria o no".

La actividad sexual sin consentimiento constituye violación. De esta forma, en una denuncia de violación se invertiría la carga de la prueba, siendo el presunto violador quien debería mostrar que tenía consentimiento. (¿Cómo?)

Sin un consentimiento "afirmativo, claro, explícito e idóneo» (me lo explique), será una violación. Así está legislado, entre otros supuestos, si...

1.-El acusado abusa de su posición de poder o dependencia de la víctima.

2.-Hubo amenazas o violencia.

3.-La víctima estaba en una situación vulnerable (inconsciente, bajo los efectos del alcohol o drogas, herida o afectada por algún trastorno mental, o paralizada por miedo).

4.-El fiscal prueba la intención de violar (presunta intención, violación).

5.- «Violación negligente». El hombre mayor de edad «debería haber sido consciente de que la otra persona no consintió». ¿Es un atenuante que el "hombre mayor" esté bebido o drogado, y no sea consciente? Oiga ¿me está vacilando? Cuatro años de cárcel.

En la práctica, una pareja que se disponga a un encuentro sexual, debería, por seguridad, frenar momentáneamente el intercambio amoroso para constatar, expresamente, el consentimiento mutuo. Bastará un acuerdo verbal. (Vale ¿Y eso cómo es?)

La ministra Carmen Calvo ha buscado un hueco en sus extenuantes jornadas de trabajo para, con verbo cálido y florido, pontificar que "si una mujer no dice sí, expresamente, todo lo demás es no". Los varones lo hemos entendido, pintan bastos y no llevamos ningún triunfo en la mano. Nos esperan campañas televisivas de manipulación colectiva, donde los disidentes y contrarios a la imposición feminista, serán tratados con electroshocks y duchas de agua fría. Estamos rodeados, my friend.

Qué tiempos aquellos en los que un "juerguista" week end, de fin de semana, salía de casa como un pincel, cenado, limpio, liviano ... solo con las llaves (casa y coche), la cartera y el móvil.

Hoy, será necesario llevar una mochila con serigrafía en color verde flúor, y el texto "yo no tengo relaciones, si no es en presencia de mi abogado", donde portar todo lo necesario para una noche, probablemente infeliz: las llaves (casa y coche), la cartera, el móvil, el DNI, la tarjeta Visa, una bolsa de aseo de la business class de Iberia, un medidor de alcoholemia y test de drogas (no vaya a ser que esté bebida, o se haya fumado un porro), una cámara oculta espía, un manual reducido y actualizado de legislación sexual y un amigo notario, para dar fe.

Incluso ese invento futbolístico del VAR, con audio, tendría aquí su razón de ser, puesto que aportaría imágenes con repetición a cámara lenta, probando si hubo o no consentimiento, facilitando así la labor del juez (árbitro); porque es claro que quien viola, fuerza y obliga, de igual modo, puede también obligar a firmar el consentimiento, sin testigos ¿lo pillan? Bienvenido, VAR.

Perdonen la trivialización, pero esta deriva sobrepasa mi mente de oveja descarriada y confusa, por considerar (entiendo que injustamente) a los hombres, como si todos fuéramos ateos, fornicadores, borrachos, crápulas, fumadores y otras gentes de mal vivir, o como definió el defensor de la Manada a sus integrantes, "imbéciles, simples y primarios". No es el caso.

Acepto y comparto las penas, acepto y comparto lo del "no es no", y también lo de "el sexo si no es voluntario, es ilegal". Lo que no comparto son los supuestos para el castigo, que, además de trato indiscriminado a los hombres, son difusos, crean dudas y crean indefensión.

Ante eso, y el peso exagerado de la mochila, nuestro "juerguista" week end moderno, se verá obligado a optar por el flirteo a la japonesa: muñecos sexuales low cost (para salir del paso), que obviamente, minimizará el sexo no consentido.

Alternativa más sofisticada sería el robot sexual inteligente, que ya es una realidad, pero ¡manda carallo!, es capaz de decir 'no' a su dueño, si éste no se muestra amable o cariñoso.

Esto es el fin de la civilización, my friend (disculpen tanta palabra en inglés, es para impresionar a la Agencia Tributaria). La premonitoria frase de Ewan Macgregor en "Trainspotting" (1996), lo confirma: "En un futuro no habrá ni hombres ni mujeres, sólo gilipollas".

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