Casos y cosas
En Valencia le crecieron los enanos de la corrupción a Rajoy, y ahora le ocurre otro tanto a Sánchez, además de los ERE de Andalucía en los que están pringados Chaves y Griñán, que de rositas se irán. El tiempo nos lo dirá.
En Cataluña todo sigue igual o peor. El sedicioso presidente y sus acólitos andan gastando las perras y zascandileando por otros países con su enfermizo separatismo republicano. Ahora, en los EE UU han montado uno de sus números circenses, con nuestro embajador allí acreditado. Coincidentemente, el rebelde Gobierno catalán ha dado plantón a los Reyes en la entrega de los premios “Princesa de Gerona”. Además de antiespañoles y separatistas, groseros y faltos de la más elemental cortesía y educación. Por cierto, que, con los susodichos rebeldes del ridículo lacito en la solapa, ha contado Sánchez para ocupar la Moncloa por la puerta de atrás, verbigracia, con su moción de censura. Y ahora le pasan factura, claro: acercamiento a cárceles catalanas de los políticos presos –no presos políticos–, a los que se les concederán continuos permisos y salidas, hasta quedar en casa. ¿Qué ha pactado o prometido Sánchez, bajo pata, al sedicioso Gobierno catalán? Cree que no vamos a tardar en saberlo.
Otros que tal bailan son los nacionalistas vascos (como en Cataluña, el nacionalismo no es más que un burdo disfraz del separatismo), embalados, por lo bajini, a ser nación o independientes. ¿Qué ha pactado también Sánchez con Urkullu?
Y en nuestra sufrida Asturias, más de lo mismo. Con un poco de suertecilla, el AVE tendrá su vuelo aquí en el año 3000. Cerrojazo al carbón y las centrales térmicas. Y en el reparto de la tarta comunitaria, como siempre, para nosotros el trozo más pequeño. Sí, amigos, vamos a tener que resucitar a Pelayo y sus bravos astures.
Pero que se chinchen unos y otros, porque Asturias es la mejor y más bella región carpetovetónica, toda ella un Paraíso Natural, preferente para el turismo nacional y extranjero. Que se desborda por nuestras ciudades, villas, playas, pueblos, aldeas y montañas, por toda esta grandiosidad y belleza astur, que no tiene parangón ni competencia. Que es completa con una gastronomía que es única. Como Asturias.
Ricardo Luis Arias Aller
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