Demagogias estériles
Sería interesante y productivo que los gestores de la «res pública» supieran conjugar este verbo, y no columpiarse en demagogias estériles, cuyos resultados saltan a la vista, porque la cruel realidad supera toda una sarta de palabras bien sonantes pero carentes de contenido lógico.
Los políticos son meros gestores de la cosa pública merced a la «voluntas populis», ya que gobernar consiste en tomar decisiones aunque éstas sean impopulares y no engañar a la ciudadanía.
Cuando se van a cumplir seis años de la gloriosa y triunfal llegada del señor Zapatero a la Moncloa debería éste reflexionar y meditar, incluyendo las circunstancias concurrentes previas a las elecciones, las cuales ya forman parte de la historia de España en la memoria, así como las decisiones que tomó una vez en el cargo, es decir, buscando problemas donde no los había, y no dando soluciones cuando éstos surgieron.
Como responsable del Ejecutivo, tiene usted la obligación de gobernar para todos, no sembrando odio ni abriendo viejas heridas, porque familiares muertos todos los tenemos, asesinados por ambos bandos; hay muchas más personas muertas que su respetable abuelo.
No quería usted ganar, después de setenta años, la «Guerra Incivil», ni ser defensor de causas perdidas, aplíquese la máxima del presidente Azaña: P.P.P. (paz, piedad y perdón).
A Franco había que juzgarlo en vida, como hicieron Argentina y Chile, cuyos jerarcas fueron llevados ante la justicia estando vivos, mientras que aquí el Dictador murió en la cama.
¿Dónde estaban los luchadores de la libertad y la Democracia? Por todo ello, le exhortaría a que se dedique a solucionar los múltiples problemas del país, incluyendo los cuatro millones de parados, y si no se siente preparado para tan magna responsabilidad, deje usted el cargo, pues en su partido hay gente preparada y cualificada para encauzar la situación y sacar a España de la maraña en la que está inmersa.
Adolfo Fdez. Areces, Grado.
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