Prioridades diferentes
Finalmente, el Ayuntamiento de Avilés ha licitado el traslado de la ya famosa marquesina de La Rocica a la calle Río Cares, en Llaranes (aún más lejos que Monte Viso, todo sea por conservar la Excelentísima Marquesina). Con un presupuesto de más de 90.000 euros, el traslado del mamotreto de hormigón es considerado una prioridad para el Ayuntamiento de Avilés, que pretende ganarse la simpatía de los vecinos de Llaranes derrochando varios miles de euros alegando que es importante conservar el patrimonio cultural de la ciudad; no obstante, no veo que el gobierno municipal luche por conservar los Canapés de Carlos III, ubicados a no mucha distancia de la Excelentísima Marquesina; está claro que los bancos de piedra, construidos hace más de doscientos años y que hoy están, desafortunadamente, al borde del olvido, no pueden competir con un trozo de hormigón que hasta hoy cumplía satisfactoriamente su función como parada de autobús; ahora que se va a realizar una, ¡sorpresa!, rotonda en el cruce donde hoy está la marquesina, adiós a la parada de bus. Y si colocan otra tan próxima de la rotonda como sea posible, será a costa de aparcamientos y de la fluidez del tráfico, ya de por sí afectado por la construcción de la rotonda, que será tan grande como lo permite la zona, o sea, demasiado pequeña, como es común en Avilés; para que se hagan una idea, el tamaño de esta será, a menos que reduzcan drásticamente el tamaño de las aceras colindantes, menor al de la ubicada junto al cartel de ¡Hasta luego!, que lleva a la Avenida de Leopoldo Alas, a la calle Río San Martín o a otra rotonda que a su vez lleva a Miranda y a la autovía. Esto lo he podido comprobar comparando el tamaño de esta rotonda con el espacio disponible en el cruce de La Rocica.
El funcionamiento de dicha rotonda se ve realmente afectado a ciertas horas por el tráfico que se forma, y teniendo en cuenta que cada día pasan más de 20000 vehículos por la calle Santa Apolonia, es evidente que nos espera una larga etapa de atascos y problemas, todo gracias al Ayuntamiento de Avilés, que se ha ocupado de entorpecer aún más el tráfico con el exagerado ensanche de las aceras de dicha vía, que ahora no permiten siquiera detenerse a por un encargo en una tienda sin forzar la detención de todo el tráfico a menos que uno se suba encima de la acera, algo que tampoco importa demasiado puesto que el Ayuntamiento se ha encargado de que sobrase tanto espacio como fuera posible.
Es posible que algunos vean el entorpecimiento del tráfico en Santa Apolonia como una oportunidad para que aumente el uso del transporte público. Pero, a día de hoy, este servicio empeora constantemente en Avilés, encontrando siempre nuevas fronteras para ir a peor. Tras la reducción de la frecuencia con la que los buses pasaban, actualmente de nada más y nada menos que veinte minutos (eso sin contar los infinitos retrasos), el Ayuntamiento de Avilés ha escuchado las críticas al antiguo precio del billete individual de los autobuses (1,50) y ha decidido dejar el bus gratis para menores de 12 años a costa de, cómo no, la mayor parte de usuarios, que ahora debemos pagar cinco céntimos más por un condenado billete (1,55). No quisiera pensar mal, pero parece una tomadura de pelo hecha a posta. Mientras que Oviedo y Gijón cuentan con un billete individual treinta céntimos más barato y líneas de buses con una frecuencia mucho mayor (además de vehículos más modernos), el Ayuntamiento de Avilés pretende que aumente el uso del transporte público cuando la oferta es escasa y propia de una ciudad mucho menos desarrollada. Es de sentido común que no se deben quitar aparcamientos para promocionar el transporte público si no se ha desarrollado uno decentemente. ¿Por qué no invertir en su mejora, entonces? Para el Ayuntamiento de Avilés está claro: rescatar el mamotreto de hormigón es más importante. Visto lo visto, diría que tenemos prioridades diferentes.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo