Elecciones en el PP: una chapuza
De chapuza se puede calificar lo que está aconteciendo en el Partido Popular tras la convocatoria de elecciones a la presidencia. ¿Cómo se pueden hacer las cosas tan mal? ¿Qué va a salir de esta “guerra sucia”? ¿Cómo va a quedar el partido? ¿Habrá algún vencedor?
Todas estas interrogantes -difíciles de contestar- son el resultado de una lucha interna, venida de hace un tiempo, entre personas más pendientes de sus intereses personales que de la prosperidad del PP. La fractura, sea cual sea el desenlace final, va a ser grave y dejará a la formación muy tocada y con difícil recuperación a medio plazo. Es la primera experiencia, pero se ha hecho mal, con actos que pueden desembocar en consecuencias irreparables.
Después de la primera votación, se deja la solución final en manos de los compromisarios. ¿Quiénes son estas personas? Duele decirlo, pero, en su mayoría, se trata de afiliados que anteponen su prosperidad a la del partido. Como afiliado, no me siento representado por ellos.
Hemos acudido a una votación y las urnas han dado un ganador -en este caso una ganadora- que expresa la voluntad de la mayoría de los votantes. ¿Por qué tenemos que volver a una nueva elección? ¿Adónde ha ido a parar mi voto? La asociación de perdedores, práctica siempre criticada en las filas del PP, toma cuerpo en esta ocasión. ¿Y lo de defender la lista más votada? Otra contradicción. No sé las veces que ha cantado el gallo.
He sido simpatizante del señor Pablo Casado, pero, ante lo que está sucediendo, me siento decepcionado, pensando además en las acusaciones que pesan sobre su currículum, arma ideal para utilizar por la oposición a las primeras de cambio. Estos deseos de llegar a las alturas son comparables a los del actual presidente del Gobierno, acostumbrado a las derrotas.
¿Qué hacen los perdedores, la señora Cospedal y el señor Margallo, metidos de lleno en una campaña, después de quedar fuera? Márchense a sus casas y dejen que el partido cumpla lo expresado en las urnas. Acepten con humildad la derrota y no sigan dañando a esta formación, que ya tiene bastante con defenderse los enemigos externos.
Se hace referencia a los 1.500 votos, como diferencia escasa, sin tener en cuenta que por márgenes inferiores se han perdido mayorías absolutas y con ello el Gobierno, tanto en elecciones municipales como generales. La participación ha sido baja.
Como afiliado y simpatizante, sólo pido sensatez y apoyo a los colores, evitando la “guerra civil”, producto de estas actuaciones, nocivas para afrontar los difíciles retos que se aproximan.
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