España sigue siendo diferente
Viendo como tenemos de alborotado el (con perdón) "gallinero político" uno no puede llegar a otra conclusión más positiva que la de que este país es un desastre y que la famosa frase de "Spain is different", sigue siendo válida.
Conservo aún algunas amistades alemanas de mis años de emigrante en aquel país, y cuando hablamos de lo que aquí está pasando, no salen de su asombro.
De un lado tenemos el problema que han generado los (a mi juicio) "montaraces y levantiscos" políticos catalanes que están consiguiendo poner patas arriba la gobernabilidad de esa parte del territorio nacional, sin que el gobierno central y el Estado de la nación demuestren en (mi opinión) tener lo que hay que tener para hacerse respetar y poner las cosas en su verdadero sitio.
De otra parte está lo que a todas luces empieza a ser una invasión africana. Sí, creo decir bien, "invasión africana". No se puede entender que en un país con la tasa de paro más alta de la UE y la sanidad medio colapsada por falta de medios, donde las listas de espera son insoportable, resulte que nos prestemos voluntariamente sin nadie habérnoslo exigido a ser los acogedores de cuanto africano se le antoje o necesite dejar atrás su tierra natal y cambiar de país y continente a costa del españolito de a pie. Creo que digo bien, españolito de a pie. Nadie como las clases media y baja de este país (entre las que me incluyo) van a ser las "paganinis" de todo este despropósito que los actuales políticos y gobernantes están tolerando y fomentando por efecto llamada. En mi opinión, que me perdonen si me equivoco, pero creo que todo esto se está gestionando muy mal. Esas gentes dan pena, es cierto, pero España no tiene capacidad para solucionar los problemas del continente africano. No les deseo ningún mal, pero sí, que si vienen lo hagan por conducto legal y no asaltando nuestras fronteras. Si no estamos dispuestos a abrir las puertas de nuestras propias casas más que a quién nosotros queremos, ¿por qué ha de ser distinto con las fronteras de nuestro país? Pienso que defender lo contrario es pura demagogia y falso buenismo.
El actual ministro de interior, según vemos en los medios de comunicación, se desplazó recientemente al sur del país, dónde están sufriendo en primer lugar las consecuencias de esta invasión incontrolada, y de sus declaraciones uno deduce que pretende quitar hierro a la cosa. Así, como quien dice: ¡no es para tanto! Con este tipo de actitudes por parte de quienes nos gobiernan, ¿de verdad podemos estar tranquilos? Yo creo que no. No quiero pensar lo que nos puede pasar a la vuelta de unos años cuando toda esa gente foránea monte guetos en nuestras ciudades. ¿Alguien está controlando si todos son personas de fiar, si están enfermos, si son fanáticos de la política y quizás algunos, posibles delincuentes? Ojalá me equivoque, pero creo que lo estamos haciendo muy mal. En la era de las nuevas tecnologías, estamos exportando técnicos con título universitario por falta de empleo aquí, e importando peones que nadie quiere. Esto no es ser buenos ni solidarios, es hacer el primo y colaborar con mafias que se enriquecen a costa de nuestro erróneo buenismo y de la necesidad de esas pobres gentes que son en realidad las principales víctimas.
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