Educación, asignatura pendiente
Ya no sabe uno si decir bendita educación o maldita educación. Me refiero a la educación como compendio de formación para una persona, no a la educación referente al comportamiento social de la persona (esta merece otro artículo aparte). Cada gobierno que tenemos, nada más comenzar a gobernar, lo primero y más urgente que quiere hacer es cambiar la ley de Educación vigente. Da igual que sea buena o mala, hay que cambiarla. Da igual que sea el PSOE que el PP.
Parece que es imposible que los partidos mayoritarios se pongan de acuerdo en un tema tan importante y transcendente como es la educación. Entiendo que cada partido tiene sus propios puntos de vista sobre educación, pero algo habrá que ceder por parte de cada uno para llegar a un acuerdo común. Ahora que a tanta gente se le llena la boca con la palabra diálogo y diálogo, podrían demostrar que quieren dialogar. El PSOE estaba en una subcomisión parlamentaria con el PP y C's sobre Educación para sustituir la ley de Educación actual (Lomce) y daba la impresión de que podían llegar a un acuerdo. De repente, sin dar ningún tipo de explicación, el PSOE abandona la comisión. Obra de Pedro Sánchez, claro.
Ahora Pedro Sánchez, como no podía ser menos, ya está pensando en una nueva ley de Educación y también, imitando a Zapatero, una nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía. Será difícil que la pueda aprobar en esta legislatura por escasez de tiempo y sobre todo de apoyos.
Las autonomías tienen traspasada esta materia y hay por tanto al menos diecisiete leyes de Educación, más la nacional, en España. De aquí el pensar que las autonomías, sobre todo País Vasco y Cataluña, puedan votar a favor de una nueva ley de Educación nacional es más que complicado. No digo imposible, porque el Sr. Sánchez sabe ceder, perdón, quería decir negociar con estas autonomías.
En mi opinión se necesita una buena ley de Educación nacional, que prevalezca, de verdad, sobre las leyes autonómicas y se aplique plenamente en todo el Estado. No puede ser que la historia, nuestra propia historia de España, sea tergiversada, interpretada o inventada a gusto de cada comunidad.
Se ha hablado mucho del adoctrinamiento que llevan a cabo determinados partidos políticos en las autonomías que gobiernan. Por las informaciones leídas seguro que es así en el País Vasco y en Cataluña, y se basan en su propia ley de Educación. Lo hacen en la escuela, en el instituto, en la universidad y, por añadido, en las entidades propias del partido gobernante PNV y PDeCAT. De estas leyes, el Tribunal Constitucional ya ha declarado varios artículos inconstitucionales, pero caso omiso por parte de esas autonomías y el Gobierno central está silbando tangos.
Aplaudiré a aquel partido que tenga agallas para hacer que se cumpla la ley de Educación rigurosamente y que se respeten las sentencias del Tribunal Constitucional al respecto.
Sr. Sánchez, para qué quiere una nueva ley de Educación sino servirá para nada, porque no se respetará ni aplicará. Resulta que quiere suprimir la asignatura de religión católica, el resto de religiones parece que no, y además también pretende adoctrinarnos con una nueva asignatura al efecto.
David Prado Fernández-Villarmarzo
Gijón
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