Falcon Crest
Sigue el runrún del viaje presidencial a Benicàssim para el concierto de “The Killers”. Como si, de vuelta, al Falcon lo hubieran aparcado en Torrejón dejando el motor en marcha. Guerra con el Mystère, González con el Azor, Sánchez con el Falcon: gestos fundacionales. Vuelo nupcial con el poder. "Qué os habíais creído, el Estado soy yo". ¿Hay forma de decirlo más claro y, sobre todo, más alto? No era cosa de que Guerra, recién investido de Largo Caballero, viniera a Sevilla, con una vara de mimbre, a ver los toros. Como un Camborios cualquiera. Y a González le acuciaba la urgencia de copar el telediario y portada en “Abc” con un atún tan grande por lo menos como los del "Caudillo". Cuestión de Estado.
Afortunadamente no ha habido que lamentar desgracias personales y el presidente salió ileso del concierto y del vuelo en el Falcon, que pudo haber sido más letal que el rock de los “Killers”. En qué estaría pensando Iván Redondo, que está en todo y lo mismo le da Juana que su hermana. Hizo presidente de Extremadura a un bombero muy sensato (de cuyo nombre no consigo acordarme) y coló a Pedro Sánchez de rondón en La Moncloa en un despiste de Rivera, que comentaba una encuesta con Girauta o con Villegas. Aunque según otra versión, la presidencia de Sánchez es el resultado de una fecundación in vitro a la que contribuyeron, como donantes, los de Bildu-PNV, los de Podemos y los chicos de Torra (menuda manada).
¿Cuánto nos costó lo del Falcon y los “Killers”? Calculan que, ida y vuelta, unos treinta mil. Por 40 euros en cosméticos, incineraron a Cifuentes y arrojaron sus cenizas al Manzanares con la secreta intención de que el trasvase Tajo-Segura las llevase a abonar pepinillos en algún erial de Murcia. Que no vengan con el cuenterete de "la doble vara de medir". Se da aquí una diferencia esencial: los 40 euros de Cristina eran "dinero privado" (de una empresa comercial). Los treinta mil de Sánchez son "dinero público"; es decir, "de nadie". Carmen Calvo dixit. Y dice ahora que lo de Benicàssim era agenda cultural... "noturna". ¿Como los quince mil que fundió una manada de ejecutivos de la Junta en una noche de farra?
Eso sí que fue "agenda cultural noturna". Y aún les quedaron 600 euros para unos pinchos y unos refrescos energéticos. Las ministras de Sánchez (Dixie) son tan ocurrentes como las de Zapatero (Pixie). A veces hasta son las mismas. Cada vez que abren la boca, nos dejan con la boca abierta.
Ramón Alonso Nieda
Fuentes, Arriondas (Parres)
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