Que devuelvan lo robado
Cada vez con más frecuencia se destapan fraudes millonarios, pero pocas veces escuchamos que se devuelva el dinero robado, a no ser en casos de empresarios y deportistas famosos (sí, los que está pensando) que, pillados por Hacienda, recurren al atenuante de “reparación del daño", que previo pago de una cantidad acordada (lo defraudado, más la multa correspondiente), les permite esquivar la cárcel.
En otros casos, gigantescos, como Gürtel, ERES, Pujol, Nóos, Mario Conde, Rato, cursos de formación, caso Marea, etc., se calcula el dinero robado, pero es muy complejo saber cuál ha sido el recorrido, el destino final, y encontrar la pasta. Miguel Ángel Torres, juez instructor del caso Malaya, en pleno proceso del mismo, afirmó: "Robar puede compensar".
¿Compensa al defraudador pasar unos años en la cárcel, para luego disfrutar de todo lo esquilmado a las arcas públicas? ¿Va a recuperar la Agencia Tributaria los cientos de millones defraudados en esas macro estafas? ¿Acaso tienen la esperanza de que Bárcenas, una vez confirmada su culpabilidad, devuelva los 48 millones que acumuló en Suiza? ¿De verdad?
Imagino a millones de ciudadanos portando pancartas con el eslogan "cárcel sí, pero sobre todo, que devuelvan lo que se han llevado", mientras suena por megafonía el hit remasterizado de los Panchos "Lo dudo, lo dudo...".
En fechas recientes, la Agencia Tributaria informaba que son 4.316 empresas y particulares los que adeudan más de 15.300 millones de euros al erario.
Recordemos, antes que nada, que los requisitos para que un fraude fiscal sea una infracción penal son:
a) Lo defraudado debe superar los 120.000 euros.
b) Debe haberse evadido en un solo ejercicio.
c) La actividad defraudadora del sujeto tiene que ser intencionada.
¿Son entonces recuperables estas cantidades? Ni lo sueñen, máxime si tenemos en cuenta el orden de prelación (prioridad) en los cobros. Atentos.
1º) Los créditos privilegiados. Los garantizados por hipotecas o prendas, es decir, deudas con los bancos; 2º) Las cotizaciones sociales, retenciones, IVA, etc. de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social; 3º) Los trabajadores 4º) Los proveedores o el resto de deudas tributarias, como el Impuesto de Sociedades.
El gobierno del PP, conocedor de que el ser humano, desde que bajó de los árboles, es un mal bicho, bípedo defectuoso, propenso a hacer el mal, aprobó en enero de 2015, a través de la Comisión de Justicia del Congreso (con el rechazo en bloque de la oposición), la reforma del Código Penal que deniega la libertad condicional a los condenados por corrupción que no devuelvan el dinero sustraído.
En octubre de ese mismo año se creó la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos, con medidas que persiguen hacer realidad el principio de que el delito que genera ilícitas ganancias, nunca pueda compensar a su autor.
Parece muy claro ¿no? Sin embargo, hay un problema. En nuestro país la Ley es dura, pero también demasiado lenta, sobre todo con la corrupción. Para muestra este botón. En España, el caso Malaya duró 9 años. En Estados Unidos, el caso Bernard Madoff, sólo 7 meses. Esta lentitud propiciada por falta de medios y efectivos, permite que muchos delitos queden impunes, por haber prescrito.
Para más inri, nuestro sistema democrático reconoce que todos somos inocentes, hasta que se demuestre lo contrario, y aunque las pruebas sean abrumadoras, proporciona garantías al delincuente, que no escatima en abogados expertos, conocedores de la ley para hacer la trampa, que se encargan de exprimir esas garantías en beneficio de sus defendidos (paraísos fiscales, empresas pantalla, testaferros, depósitos, coches, inmuebles, joyas, etc.)
Aunque la turbamulta estaría más por la idea de arrojar al ladrón a un pilón con alquitrán y plumas (como a los tahúres en el Oeste), pienso que la gran mayoría estaríamos más porque se aplicara, en los casos de infracción penal por fraude fiscal, la denostada PPR-PDE (Prisión Permanente Revisable Para Delitos Económicos).
Cada cinco años, revisión. ¿Ha devuelto lo robado? Libre. Caso contrario, evaluamos en la próxima revisión, 5 años. En pocas palabras, chatín: no sales de la cárcel mientras no devuelvas lo robado. ¿Tan difícil es? ¿Estarían en la cárcel los Urdangarín, Matas, Pujol, Mario Conde, Rato y demás presuntos, o habrían devuelto lo robado? ¿Ud. qué cree?
Rufo Costales
Oviedo
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