Matización sí, pero no "churras y merinas"
Sorprendido y en colores, ni blanco ni negro, me quedé al leer la carta del señor Lafuente Suárez publicada el día 26 de julio en el presente periódico “La importancia de la matización” (o de cómo no juzgar sin conocer la realidad), y por ello, me siento en la necesidad de responder o ¿matizar?
Haciendo uso de la expresión popular “no hay que mezclar churras ni merinas”, debo decirle que no encuentro sentido alguno ni hilo argumental a la carta que usted dirige a don José Manuel Foyo Marcos ni a mí. En ella sólo leo una amalgama de ideas sin conexión que se suceden de manera incoherente y una férrea defensa de su propia ideología.
Pero aprovechando la coyuntura, quiero recordarle, señor Lafuente Suárez, que la vigente Constitución española ratificada pro referéndum el 6 de diciembre de 1978, en su artículo 16 dice que ninguna confesión tendrá carácter estatal y, por lo tanto, el estado español es aconfesional.
Como ya dije en la carta anterior, no voy a entrar en temas políticos ni educativos, pues si no lo sabe, existen personas que no siguen colores ni etiquetas. Yo tan sólo estaba juzgando la actitud de una persona, el arzobispo don Jesús Sanz Montes, que hizo uso de forma inadecuada del término “dictadura totalitaria” (diferente a la dictadura autoritaria), que se ha vuelto contra él mismo. Insisto, yo sólo defendía el descontento de unos cuantos feligreses asturianos que sólo querían dialogar.
Y para concluir y para reflexión de todos, vuelvo hacer alusión a una frase del papa Francisco: “Un diálogo es mucho más que la comunicación de una verdad. Se realizan por el gusto de hablar y por el bien concreto que se comunica entre los que se aman por medio de las palabras. Es un bien que no consiste en cosas, sino en personas mismas que mutuamente se dan en el diálogo”.
Ángel García González
Castropol
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