Mí penúltimo escrito sobre Sanidad
Señor Consejero de Sanidad:
Cuando alguien acepta un cargo de tal responsabilidad conocedor de los problemas que acarrea nuestra Sanidad Pública, es para hacer notar su presencia. Para poner a funcionar lo que está en pleno retroceso. Todos sabemos, usted también, lo que necesita nuestra Sanidad para dinamizar su funcionamiento.
Por si no se diera por enterado: además de un organigrama eficaz para elegir los mejores y más responsables para dirigir, gestionar y mandar; nos encontramos con un problemón de cuidado: las listas de espera. Que seguro tienen mucho que ver con lo anterior, estar en puestos de responsabilidad personas que debieran ser sustituidas lo antes posible. Porque, si algo no funciona, con lo mismo seguirá sin funcionar.
Todo está muy manido y sabido. Los profesionales de una empresa privada no se reparten los artículos entre ellos, sus familiares y amiguetes; ya que, entrarían en quiebra inmediatamente si los jefes se los permitieran. Tampoco en una clínica privada, los empleados se les permitirían ingresar, hacer pruebas, consultar y recibir tratamiento gratuito y preferencial. Menos, hacer el camino inverso a lo que suelen, que, los clientes de su privada, los cuelan en los hospitales públicos saltándose listas de espera para pruebas, ingresos y operaciones, convirtiendo los hospitales públicos en una plataforma de publicidad ilimitada de la sanidad privada en médicos que compatibilizan ambas: Además del perjuicio de quienes esperan turno legal y gastos que debieran correr a cargo de quien usa atajos permitidos por todos ustedes, señor Consejero.
Si se consiente todo esto, los mismos profesionales se hacen dueños del cortijo y los usuarios se convierten en paganos de un sistema corrompido hasta la médula.
Antes, un paciente era respetado, los médicos gozaban de una reputación y valoración profesional de máxima garantía por parte de todos. Ahora ni se respeta a los pacientes y los médicos perdieron mucha credibilidad. Todo por culpa de un sistema podrido por los políticos, que todo lo que tocan lo destrozan.
Ya hasta los médicos de primaria (que siguen manteniendo un nivel aceptable) les llega las listas de espera y cuando se retiren los que tenemos ahora, nos encontraremos con jóvenes que ya bajan el listón en cuento a consideración y dedicación ¿por qué digo esto? Nada invento, no cuento cuentos, solo historias reales: Cuando el médico titular falta, el repuesto se encuentra con menos de la mitad de pacientes y los que van por necesidad, salen quejándose del trato recibido.
Lo que nos espera si nadie lo remedia es una sanidad pública con atención adecuada solo para parientes y enchufados.
Señor Consejero, ¡usted mismo!
José Viñas García
Villamiana, Oviedo
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