La Nueva España » Cartas de los lectores » La vacas son inocentes

La vacas son inocentes

16 de Agosto del 2018 - Fernando Marrón (Salas)

Cambio climático: ¿alarmar, informar o hacer demagogia?

En relación con una carta publicada por ustedes en LA NUEVA ESPAÑA el día 7 del mes corriente, con el título: "Las vacas, culpables", quiero manifestar mi total desacuerdo tanto con el titular, como con la mayoría de las afirmaciones que allí se hacen.

Confundir datos de emisiones de la ganadería mundial con los de las vacas en particular, citando sólo algún dato parcial fuera de contexto de un informe anticuado, no es hacer ningún favor a la verdad sobre el cambio climático, ni a la información veraz de las emisiones de los gases de efecto invernadero en la actualidad.

Afirmar que el 60% de la ganadería de vacuno de Galicia y Asturias está en economía sumergida es tener una profunda ignorancia de cuál es la realidad ganadera de Asturias, de España y de la Unión Europa. No sólo cada uno de los ganaderos está identificado con su explotación y tiene control sanitario, sino que cada uno de sus animales, sin excepción, está identificado con un crotal y un número único, de tal manera que para desplazarse necesita una guía veterinaria y el cumplimiento de la legislación vigente, ya que sin ésta no se puede llevar un animal al matadero ni se puede vender leche.

Además, y en relación con las emisiones de toda la agricultura y ganadería, no solo de las vacas, la Agencia Europea del Medio Ambiente cifra el total de las emisiones de la agricultura europea en su conjunto en un 10,2% del total de las mismas, habiéndose producido una reducción superior al 24% en Europa entre los años 1990 y 2012, como consecuencia de la mejora de las prácticas de la gestión de las explotaciones, en especial de los fertilizantes y del estiércol.

Estamos de acuerdo en que el cambio climático es una amenaza cierta y que todos los sectores debemos contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en tanto nos sea posible.

El modelo de desarrollo y de alimentación que tenemos en la sociedad actual quizá pueda y deba cambiar en un futuro, pero ni lo hemos inventado nosotros los ganaderos, ni mucho menos las inocentes vacas que nos proporcionan leche, queso, mantequilla y carne. Los posibles cambios a largo plazo que pueda o deba afrontar la sociedad hacia una alimentación más sostenible para el planeta, no se van a lograr criminalizando a sectores productivos con informaciones sesgadas, alarmistas y demagógicas.

Pero si nos pusiéramos también a hacer demagogia usando información parcial, podemos afirmar, porque es cierto que las comunidades españolas con mayor número de vacas coinciden en casi todos los casos, con las que tienen menores emisiones de gases de efecto invernadero medidas en Co2 equivalente. ¿Eso significa que las vacas no emiten gases? No, significa que si cogemos los datos que nos da la gana, podemos llegar a sacar las conclusiones que nos apetezca.

Olvidar, por ejemplo, las ventajas del pastoreo extensivo de las vacas y ovejas en los montes, para evitar el crecimiento exponencial de los devastadores incendios que nos acosan, destruyendo bosques, fauna y emitiendo gran cantidad de gases a la atmósfera, es un error. Acusar sin pruebas sobre el hecho de que la mayoría de los incendios son provocados para obtener pastos, olvidando la especulación, el tráfico de drogas en las costas, la especulación urbanística y maderera, los accidentes fortuitos y los rayos por tormentas, es desconocer también esa dolorosa realidad.

Un poco más de rigor, seriedad y respeto por la verdad se hacen necesarios para afronta la realidad del cambio climático y la necesidad de mitigar sus efectos y su progresión. Mientras tanto, yo me reitero en que las pobres vacas ¡son inocentes!

Fernando Marrón, coordinar regional de Unión de Sectoriales Agrarias de Asturias (USAGA), Salas

Cartas

Número de cartas: 45281

Número de cartas en Mayo: 125

Tribunas

Número de tribunas: 2046

Número de tribunas en Mayo: 8

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador