Continuidad y aprendizaje permanente
Expresan los empresarios (contra la formación dual) que: "Lo que necesitamos en la empresa es continuidad". Y tienen razón. Esa es la razón del aprendizaje permanente. Siempre he mantenido (y mantengo) que hay un matiz que no se acaba de aclarar bien, y es que más allá de la formación inicial está la formación permanente ocupacional. Es sólo un pequeño matiz, pero muy importante. Cuando se dice que en la formación dual habrá una primera etapa en un centro formativo con temas propios de la formación inicial o académica, lo que se está afirmando es que tras esa etapa y su correspondiente acreditación (que debería ser a nivel de familia profesional) vendrá una formación de carácter ocupacional (el alumno deberá escoger entre varias ocupaciones al igual que el graduado lo hace entre varios máster) y una vez ya realizada la selección de la ocupación, comenzará la alternancia entre el puesto de trabajo en la empresa (nivel ocupacional) y un aula taller para tal ocupación en un centro formativo. Pero aún hay más; las tecnologías cambian continuamente y es necesaria una continuidad en el adiestramiento. No sólo ascender a un nivel mayor del EQF a una nueva ocupación más técnica (como promoción ocupacional), sino también mantenerse mejor adiestrado en una ocupación más avanzada de destrezas. Esto se logra mediante la formación específica en tecnologías, que también será dual. La formación específica es propia de los trabajadores (digamos fijos) de la empresa. Sí, es necesaria la continuidad de la formación y el aprendizaje permanente en la empresa.
Entiendo la continuidad que dicen necesitar los empresarios, pues: "El que sepa hacerlo que lo haga, y el que no, que lo enseñe". ¿Qué quiero decir? Que habrá buenos profesionales muy veteranos que se presten a ser instructores entrando en ese aprendizaje permanente para pasar el conocimiento a los más noveles, que así se convertirían en maduros profesionales con altas capacidades productivas. Luego, más adelante, algunos de ellos pasarían a ser instructores a la vez que ellos mismos son instruidos en las novedades tecnológicas. Sí, tienen razón los empresarios que piensan que la empresa necesita continuidad en el empleo, pero también una continuidad en la transmisión del conocimiento, y estructurada ocupacionalmente. De tal forma que, algunos veteranos que se instruirían en las propias fuentes de la tecnología, transmitirían luego el conocimiento, de esa formación específica, a otros veteranos que instruirían a los más noveles ocupacionalmente. Estos, ya maduros, alcanzarían y lograrían gran eficacia productiva. Una empresa no sólo es competitiva a base de poseer destrezas operativas (maduros productivos) sino también destrezas cognitivas (veteranos instructores de noveles).
Sí, lo repito, la empresa competitiva y con futuro necesita una estructura de continuidad mediante la formación permanente ocupacional dual.
Carlos Muñiz Cueto
Gijón
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