El tal
Me refiero al reportaje del periodista Saúl Fernández publicado en este diario el seis de agosto, referido al “pasado de todos los navíos en el estuario avilesino en los últimos 150 años” y basado prácticamente en la conferencia y libro del Capitán de Navío-Ingeniero, Sr. García Iglesias. El periodista Sr. Fernández, después de citar un accidente geográfico de la ría, la Curva de Pachico, se refiere a mi abuelo como “el tal Pachico”.
“Tal” proviene del latín “talis”, y es un vocablo neutro que aplicado como pronombre demostrativo a la persona a la que se alude, da a entender que es poco conocida para quien escribe y/o para sus lectores, e incluso muy comúnmente tiene matiz despectivo, aunque estoy seguro que este no es el caso. En general expresa desconocimiento de la persona a la que se alude. Por eso me llama la atención que el Sr. Fernández, lector del libro “Frasquía”, en el que el Sr. García Iglesias describe perfectamente a Pachico, con fotografía incluida, se refiera a él como “el tal”.
Mi intención es aportar algún dato más al periodista y no a los lectores que seguramente ya los conocen:
Pachico es el nombre familiar que en el País Vasco se aplica a Francisco, similar al Pacho asturiano. Se llamaba Francisco Corostola Alcibar, era natural de Deva, Guipúzcoa, y llegó a Avilés de niño con su familia, pues mi bisabuelo, Miguel Antón Corostola Zulaica, era encargado en la empresa del ingeniero Larrañaga, contratada para canalizar la ría. Se asentaron en San Juan de Nieva (el del lado de allá). Se casó con mi abuela Josefa Álvarez, cuñada de “La Serrana”, fundadora de la fonda que devino en hotel y hoy es el conocido como 40 Nudos.
Construyó su primera casa en San Juan de Nieva sobre la propia playa con autorización legal que yo conservo. La hizo en el año 1912.
Construyó su segunda casa, la hoy conocida como Casa de Pachico, sobre un antiguo almacén de la RCA en el año 1920 y aún se conserva intacta.
Fundó un reconocido restaurante, tienda de ultramarinos y estanco.
Fue armador de barcos pesqueros en la época de estirpe de armadores tan conocidos como: Isidoro, Falo, Foral, Candín, Vicente el P arque, Murcia, los Goitias, Felipe Uriarte, etc., y todos fueron colegas y amigos.
Fue consuegro de Aniceto Fernández Hevia, fundador del astillero del mismo nombre.
Y como final era tío segundo del violonchelista Pedro Corostola, posiblemente el mejor intérprete español de ese instrumento, después de Pau Casal.
Así, Sr. Fernández, Pachico, mi abuelo, fue alguien más que “un tal”, fue un hombre conocido, popular, emprendedor y respetado en la villa, que a pesar de no haber nacido aquí, lo acogió como propio. Tuvo seis hijas y tres hijos, uno de ellos mi padre Venancio.
Antón Corostola
Avilés
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