Cerrado por vacaciones
Cuando llega el verano, lo bueno que tienen las vacaciones es que nos dan la oportunidad de encontrarnos con nosotros mismos, cosa para la que no todo el mundo está preparado. Según nos han educado, el trabajo dignifica al hombre, ocupa gran parte de nuestro tiempo y nos mantiene ajenos al discurrir de la vida en demasiadas ocasiones. Personas que trabajen en lo que les gusta y que se sientan realizadas, más allá de la mera retribución crematística, son pocas. Solamente las elegidas.
Durante el año, la actividad laboral tanto llega a ocupar nuestras vidas que cuesta muchísimo darle sentido al tiempo libre. Las vacaciones generan un vacío que muchos no son capaces de llenar. Por ello, lo más fácil es estar programados y levantarse cada día sabiendo lo que hay que hacer.
Con el verano y las vacaciones vienen la relajación de costumbres y la pérdida que nos acompaña el resto del año. Imaginamos grandes viajes, trabajos atrasados que por fin acometeremos al disponer de tiempo, veladas a la luz de la luna acompañados de amigos, estancias en el mar o en la montaña que nos harán revivir un mundo feliz, volver al pueblo de la familia al que íbamos de niños y que recordamos de forma placentera, etc. Pero nos chocamos de golpe con la realidad: aeropuertos atestados de gente, carreteras con infinidad de atascos, playas saturadas, pueblos casi abandonados durante el resto del año en los que no se puede descansar por culpa de los que vuelven de veraneo a su lugar de origen y lo convierten en una bacanal insoportable. ¡Qué acierto demostró el señor que escribió: el auténtico viaje comienza cuando se regresa!
En agosto, España cierra por vacaciones. Por tanto, no intente realiza gestión alguna porque todo está semiparalizado. Ah, y no se le ocurra ponerse enfermo, porque su vida peligra de forma evidente. Los políticos también están de vacaciones, pero España funciona con lo que se demuestra que con la cuarta parte de ellos sería suficiente.
Pero no se confíe, amigo, pues amenazan con volver nuevamente.
José Antonio Gutiérrez González
Piedras Blancas, Castrillón
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