El mundo es injusto y Dios lo permite
Ser nacido de buena cuna te hace conseguir las cosas sin ningún tipo de sacrificio personal (salvo aquellos que quieren alcanzar por sí mismos lo que el papá no les facilitaría por ser quien es), el resto salen consentidos y pronto todo ese patrocinio fácil para lograr lo que desean en cada momento se les caerá encima cómo una losa en forma de caprichos y vicios que todos pagaremos de alguna manera. Ya que, a éstos les facilitaron todo con atajos por dinero e influencia (títulos universitarios y másteres sin acudir a clase - regalados) que luego al ser herederos de empresas y poder, la gestión en sus manos será la ruina anunciada que pagaremos todos en forma de corruptela, bajos salarios, despidos y desempleo. Mientras, los nacidos en familia de bajos recursos tienen que hacer grandes esfuerzos, empeñarse para pagarles a sus hijos los títulos que a estos les dan sin merecerlo.
Los grandes hombres del pasado, pensadores, intelectuales, investigadores y científicos, que lograron que el mundo progresara y avanzara a mejor, surgieron de personas que supieron darle a su mente la superación que jamás consiguen los niños malcriados. Es más, los consentidos sólo rezuman vicio y ocio; todo su esfuerzo es la influencia, el enchufe y llegan al poder fácilmente, algo que seguiremos pagando todos cuando se acerquen a la política. Ya que, con escasa preparación y distorsión de realidades que mamaron desde que nacieron, sólo serán rentables para sí mismos, se encuentran más cómodos entre los partidos de derechas. La derecha es la conveniencia de quien nada quiere cambiar, a ellos les va fenomenal la vida. Incluso no ocultan nada, se denominan a sí mismos conservadores. Quieren conservar sus privilegios sin importarles un carajo los que nada tienen, son útiles para sí mismos y los que son como ellos. Por el contrario, pudiéramos decir que, en la izquierda, estaría la solidaridad y la esperanza de una vida mejor para los más desfavorecidos, para que les faciliten esas posibilidades de prepararse para darle al mundo otra visión menos egoísta y donde la línea a seguir sea la honestidad, el reparto equitativo de la riqueza y oportunidades para todos de desarrollarse cómo persona y fraguar su futuro personal y familiar.
Por estos “refalfiados”, malcriados y privilegiados seguiríamos con la esclavitud a su servicio.
Por todo eso ¡Dios existe! Tiene que existir para compensar desagravios difíciles de interpretar por la mente humana. ¡Dios tiene que ser de izquierdas sin ninguna duda! Aunque ¡esperen! ¿Por qué viven mejor los de derechas? ¿Será porque Dios realmente es de derechas y está para consentir y favorecer a los privilegiados? ¡Vaya lío que me he montado! ¡Sáquenme de dudas, curas con galones! Tienen que ser capaces de dar una respuesta clara y sencilla a esos padres que pierden a su hijo en la flor de la vida o luchan cada día con enfermedades y necesidades imposibles de sobrellevar, mientras a otros les facilita todo ¿Por qué Dios consiente este mundo tan injusto? Da el poder, dinero y salud a quien desprestigia el poder divino, al menos lo que leemos en sus mandatos. Eso sí, a estos sujetos de bien los encontrará llenado catedrales, con abrigos de visón y bien trajeados, comulgando sin confesar, al lado de autoridades que son ellos mismos o sus valedores.
Señores representantes de Dios en la Tierra ¿Tengo razones para preguntarles o acaso soy un simple inconformistas con las reglas establecidas y consentidas por un poder divino un tanto despistado? Nos deja unos mandamientos, un comportamiento a seguir, y él se exime y premia a quien descaradamente los incumple todos.
José Viñas García
Villamiana, Oviedo
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