Un día de playa
La columna de lector
Un día de playa
Marcelo Noboa Fiallo, Xixón
No todos los días son iguales en la playa. Siempre hay algo nuevo. Tengo el privilegio de poder contemplar desde mi ventana el estado de las mareas y la afluencia de público para sopesar si bajo o no a darme un chapuzón y sumergirme en la lectura. Es un placer leer en la playa. No encuentro otro lugar donde más me motiva la lectura.
Esta mañana, junto a mí, se colocaron dos chicos gais y se mantuvieron un largo tiempo dedicándose mutuo cariño, besos y caricias. Aproveché la ocasión para observar la reacción de la gente (muchas familias con hijos y parejas heterosexuales de mediana edad) y no pude apreciar ningún gesto ni comentario alguno sobre el comportamiento de los chicos gais. En un momento dado, corrieron al agua y estuvieron un buen rato nadando y manifestando, una vez más, su cariño.
No muy lejos de mí, pude observar la presencia de un grupo de personas (dos chicas jóvenes y tres hombres) cuya nacionalidad siempre me ha costado identificar, pero su atuendo (el de las chicas) indicaban su religión y cultura musulmanas. Ellos, en bañador, disfrutaban del sol y del agua. Ellas, con pañuelo y vestidos largos "tomaban el sol" y de vez en vez se acercaban a la orilla y mojaban los pies. No sé por qué intuí que ellas tenían unas ganas locas de meterse en el agua (probablemente sólo era una fantasía mía).
Cuando descubrieron a los chicos gais en actitud amorosa, sus rostros se transformaron, delataban una mezcla de incredulidad, reprobación, asco y no dejaban de comentar entre ellos su desagrado, a la vez que volvían sus miradas al resto de bañistas buscando alguna señal de reprobación y de complicidad con sus sentimientos, pero se chocaron con la realidad, con la de la normalidad que finalmente se ha impuesto en la sociedad española, profundamente alejada de su realidad; al igual que la presencia de chicas y mujeres de mayor edad en "top-less", cuya presencia también molestaba a esta gente. Optaron por marcharse.
Mientras tanto yo retomé mi lectura. Tenía una cuenta pendiente con el escritor estadounidense Richard Ford, premio Príncipe de Asturias de las letras 2016 y premio Pulitzer y PEN/Faulkner, autor de "El Día de la Independencia". Los críticos coinciden en considerar a Ford como "el insuperable retratista del estadounidense medio". Tengo la esperanza de encontrar las claves que me ayuden a entender las razones por las que el estadounidense medio, el del medio rural, el de "la América profunda", votó a Trump y comparte con él la idea de que el verdadero enemigo de "América" es la prensa, es decir la Primera Enmienda de la Constitución, nada más ni nada menos. Nada que ver con la "cultura" musulmana sobre la mujer y la sexualidad, pero igualmente preocupante porque ocurre en un país donde uno de sus símbolos es la Estatua de la Libertad y porque el "América first" se parece demasiado al "Deutschland über alles" de la Alemania de hace 80 años...la Alemania del horror.
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