Pastores y ganaderos menospreciados
Policía, Guardia Civil y los de Seprona buscan al dueño del perrito para denunciarle por maltrato. Todo estaría muy bien si aplicáramos la misma tabla rasa al resto de animales y en particular a las personas.
¿Cuántos perros hay en Asturias? ¿Cuántos animales maltratados? ¿Cuántas personas olvidadas? ¿Cuántos ancianos abandonados? ¡Para cuando crearemos un Seprona que se dedique a salvar, acoger, apoyar y ayudar a los ancianos, enfermos y necesitados!
No hay que maltratar a ningún animal, pero ustedes ¿por qué solo se dedican al perrito, lobito, osito y jabalí? Pagarles el sueldo para ese menester que podría realizar cualquiera es un desperdicio de impuestos de todos ¿Por qué no salvan a los mariscos en las sidrerías sacados de su entorno natural, donde son encerrados en peceras a la espera de ser cocinados vivos? Esos, señores del Seprona ¿no son animales?, cómo otros que ustedes se zampan, matan, fumigan y envenenan sin piedad.
Son la hipocresía y la demagogia al servicio de ustedes mismos. Han encontrado un filón en esto, los políticos les amparan, pero las personas se dan cuenta de su falta de criterio aplicado solo a esa defensa provechosa de algunos animales.
Los caracoles, las babosas, las moscas, cucarachas, ratas, etc. ¿No conforman ese abanico de la cadena alimenticia que dicen rompemos todos cuando lo aplican a osos o lobos por ejemplo?
¿Dónde dejan las familias? ¡De que se alimentarán! De observar el paraíso natural y viéndoles a ustedes apropiarse de caminos, sendas, pistas, montes, ríos, mayaos, majadas, bosques, etc. (tal caciques del lugar) paseándose en todoterreno con aire acondicionado para vigilar sus alimañas con prismáticos llevando sus retoños y algún que otro “refalfiado” que se cree con derechos sobre propiedades que ¡ya! están confiscando a los vecinos de los pueblos, los verdaderos dueños del entorno, los que cuidaron siempre del lugar, los que ahora sufren en sus carnes esas bestias que les metieron a la puerta de casa.
Vean las protestas de los ganaderos y pastores de los picos de Europa. A que esperan señores políticos a poner soluciones a esas gentes que ven mermada su economía y su seguridad por culpa de una política errada y exagerada en defensa de bestias que proliferan a sus anchas por montes, pueblos, autopistas, villas y ciudades con el peligro y los problemas que causan a la población. Esos empresarios queseros, lecheros, cárnicos, etc. además de perder a manos de sus bestias sus animales, deben perder tiempo y mucho dinero en vigilar que eso no suceda. Si añadimos que muchos ya han decidido no llevar a pastar sus ovejas, cabras y vacas allí donde proliferan sus dañinos animales salvajes, nos encontramos con la pérdida de calidad de un producto a cuidar más que sus animalitos lindos.
¡Claro que hay que cuidar el ecosistema! Pero no dejarlo en manos de cuatro pelagatos que nos vendan la moto, donde hay que proteger según interés personal. Es algo que debiera preocuparnos a todos, los que mejor lo conocen son los vecinos de los pueblos que siempre velaron por la conservación de un entorno que ahora ustedes solo quieren llenar de lobitos, ositos, jabalíes y perritos ¿Dónde dejan a las personas?
José Viñas García
Villamiana, Oviedo
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